LA HORA DE LOS BOLCHEVIQUES: LAS INTENCIONES Y LOS OBJETIVOS DE TROTSKY

Publicado el 11 de diciembre de 2021, 17:24

El núcleo central de la acusación stalinista fue que los trotskystas eran agentes pagados por la internacional capitalista. K. G. Rakovsky, uno de los acusados en 1938, dijo, o fue inducido a decir: “Éramos la vanguardia de la agresión extranjera, del fascismo internacional, y no solamente en la URSS sino también en España, China y a lo largo del mundo.” El resumen de la “corte” contiene la afirmación: “No existe un solo hombre en el mundo que haya traído tanta pena y desgracia al pueblo como Trotsky. Es el agente más vil del fascismo .... {[26]}

Ahora bien, es posible que éstos no sean más que insultos verbales rutinariamente intercambiados entre los comunistas internacionales de los años 1930 y ’40. Pero también es notable cómo las pistas subyacentes a la autoacusación son consistentes con la evidencia presentada en este capítulo. Y más allá de ello, como veremos más adelante, Trotsky fue capaz de generar apoyos entre capitalistas internacionales quienes, incidentalmente, también apoyaron a Mussolini y a Hitler. {[27]}

Mientras consideremos a todos los revolucionarios internacionales y a todos los capitalistas internacionales como enemigos implacables entre si, estaremos perdiendo de vista un hecho crucial: que ciertamente ha habido alguna cooperación operativa entre capitalistas internacionales y revolucionarios, incluyendo a fascistas. Y no hay ninguna razón a priori por la cual debamos descartar a Trotsky como formando parte de esta alianza.

Esta revisión tentativa y limitada quedará detalladamente iluminada cuando revisemos la historia de Michael Gruzenberg, el principal agente bolchevique en Escandinavia quien, bajo el alias de Alexander Gumberg, también fue asesor confidencial del Chase National Bank de Nueva York y más tarde del Floyd Odium de la Atlas Corporation. Este rol dual fue conocido y aceptado tanto por los soviets como por sus empleadores norteamericanos. La historia de Gruzenberg es un caso histórico ejemplar de la revolución internacional aliada con el capitalismo internacional.

Las observaciones del coronel MacLean en cuanto que Trotsky tenía “una fuerte influencia subterránea” y que “su poder fue tan grande que se libraron órdenes en el sentido de que deberían brindársele todas las consideraciones posibles” no son para nada inconsistentes con la intervención de Coulter y Gwatkin a favor del detenido. Ni tampoco, si vamos al caso, con las posteriores acusaciones stalinistas en los juicios escenificados durante los años 1930. Por el otro lado, el único vínculo directo conocido entre Trotsky y la banca internacional es a través de su primo Abram Givatovzo, quien era un banquero privado en Kiev antes de la revolución rusa y en Estocolmo después de la revolución. Si bien Givatovzo se declaraba antibolchevique, de hecho actuó a favor de los soviets en 1918 con transacciones en divisas.

¿Es posible tejer una red internacional a partir de estos hechos? Por de pronto, allí está Trotsky, un revolucionario internacional ruso con conexiones alemanas quien recibe la asistencia de dos supuestos partidarios del gobierno del Príncipe Lvov en Rusia (Aleinikoff y Wolff, residentes en Nueva York). Estos dos encienden la acción de un funcionario liberal de correos canadiense quien a su vez intercede ante un prominente militar británico cumpliendo servicio en Canada. Todos estos son vínculos verificables.

En resumen, los compromisos pueden no ser siempre tales como se los describe, ni como parecen ser. Sin embargo, podemos deducir que Trotsky, Aleinikoff, Wolf, Coulter, y Gwatkin, a cuando en pos de un limitado objetivo común, también poseían alguna finalidad superior a las lealtades nacionales o a las etiquetas políticas. Habrá que enfatizar que no existe una prueba absoluta de que esto sea así. Por el momento, es tan sólo una suposición lógica derivada de los hechos. Una lealtad superior a la forjada por un objetivo inmediato común no necesariamente tiene que haber sido más que la emanada de la amistad; si bien esto exige demasiado de nuestra imaginación considerando lo políglota de la combinación. Puede haber sido promovida también por otros motivos. El cuadro está todavía incompleto.

[26] )- Report of Court Proceedings in the Case of the Anti-Soviet "Bloc of Rightists and Trotskyites" Heard Before the Military Collegium of the Supreme Court of the USSR (Moscow: People's Commissariat of Justice of the USSR, 1938), p. 293

[27] )- Véase más adelante. Thomas Lamont de los Morgan fue un temprano sostenedor de Mussolini.

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