LA HORA DE LOS BOLCHEVIQUES

Publicado el 26 de noviembre de 2021, 19:38

Por lo tanto, un etiquetamiento alternativo de las ideas políticas y de los sistemas político-económicos consistiría en ordenarlos de acuerdo con el grado de libertad individual versus el grado de control político centralizado. Bajo un ordenamiento semejante, el Estado corporativo de bienestar y el socialismo se encuentran en el mismo extremo del espectro. De allí podemos ver que los intentos de un control monopólico de la sociedad pueden tener distintas etiquetas manteniendo sin embargo características comunes.

Consecuentemente, una de las barreras que impide la comprensión madura de la Historia reciente es la noción de que todos los capitalistas serían obcecada e irreductiblemente enemigos de todos los marxistas y socialistas. Esta equivocada idea tiene su origen en Carlos Marx e, indudablemente, resultó útil a sus propósitos. De hecho, sin embargo, la idea es una ridiculez. Ha existido una continua, aunque disimulada, alianza entre los capitalistas políticos internacionales y los revolucionarios socialistas internacionales – en beneficio mutuo. Esta alianza ha pasado desapercibida en gran medida porque los historiadores – con algunas notables excepciones – poseen una inclinación marxista inconsciente y, de este modo, se encapsulan en la imposibilidad de la existencia de dicha alianza. El lector de mente abierta debería retener dos claves: los capitalistas monopólicos son enemigos acérrimos de los empresarios del tipo laissez-faire y, dadas las debilidades de la planificación centralizada socialista, el Estado socialista totalitario es un mercado cautivo perfecto para los capitalistas monopólicos siempre que se pueda establecer una alianza con los operadores del poder político socialista. Supongamos – y esto es tan sólo una hipótesis a esta altura – que capitalistas monopólicos norteamericanos fuesen capaces de reducir una Rusia socialista planificada a la condición de una colonia tecnológicamente cautiva. ¿No sería esto, en el Siglo XX, la extensión lógica de los monopolios ferroviarios de Morgan y del trust petrolero de Rockefeller de fines del Siglo XIX?

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