EL GOBIERNO ES EL PROBLEMA

Publicado el 24 de noviembre de 2021, 23:29

El Estado del Bienestar en sí mismo, sin embargo, nació en la nueva Alemania con el Reich de Otto von Bismarck. Éste era un líder conservador con métodos autoritarios de gestión que creó un sistema de expolio sistematizado que garantizaba un relativo bienestar a la población. El Estado del Bienestar no fue creado por un sentimiento de altruismo ni empatía hacia los ciudadanos. Fue creado para evitar revoluciones y que el Gobierno no tuviera problemas en sus ansias de crecimiento desmedido. Y es que la población pensaría: ¿por qué queremos libertad si tenemos un trabajo y bienestar? Así fue.

     Bismarck ideó el sistema actual de seguridad social y pensiones a un nivel muy básico (desde el punto de vista de hoy día). Lo disfrazó como un seguro obligatorio, lo que en realidad no tiene mucho sentido ya que si el seguro no discrimina deja de serlo, más aún cuando no es voluntario y se financia mediante el uso de la fuerza. Simplemente lo que el Canciller creó fue un botín que iba aumentando para tener a al Pueblo sumiso y financiar a la vez su visión imperialista del Reich.

     En este punto, los diferentes países fueron copiando este modelo del Bienestar que era una garantía para hacer crecer la maquinaria burocrática, tener a la gente dócil y controlada e ir instaurando cada vez más a los burócratas y políticos dentro de la vida de las personas.

     Los principales avances sociales posteriores los trajeron los totalitarismos que prometían bienestar perpetuo y orgullo nacional. Aquí hubo un paso de gigante. Según Mussolini:

    Siendo [el fascismo] antiindividualista, el proyecto fascista se expresa a través del Estado; y se articula a través del individuo en cuanto éste coincide con el Estado… Está en contra del liberalismo clásico. El liberalismo negaba al Estado en interés del individuo; el fascismo lo reafirma [2] .

     Efectivamente, el individualismo murió del todo con la llegada del Estado Omnipotente y Benefactor. Los países democráticos siguieron la misma política económica que los totalitarismos y triunfaron los economistas y técnicos que les daban soporte con excusas humanitarias. La enorme capacidad productiva del Capitalismo y la incesante creación de inflación crediticia de los gobiernos y bancos centrales permitieron este proceso. Poco a poco la gente se volvió menos responsable de sus vidas porque el Estado lo garantizaba todo.

[2] La Doctrina del Fascismo. Mussolini, Benito. 1932.

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