DIECISIETE CONTRADICCIONES Y EL FIN DEL CAPITALISMO: SOBRE LA CONTRADICCIÓN

Publicado el 7 de diciembre de 2021, 0:17

Eso no significa en absoluto que no tengan ningún efecto sobre la acumulación de capital o que ésta no les afecte (quizá sería mejor decir «infecte») igualmente o las explote activamente. El capitalismo ha impulsado claramente en varias épocas y lugares la racialización, por ejemplo, hasta el extremo de los horrores de los genocidios y los holocaustos. El capitalismo contemporáneo simplemente aprovecha las discriminaciones y la violencia de género, así como la frecuente deshumanización de la gente de color. Las intersecciones e interacciones entre racialización y acumulación de capital son muy evidentes y están poderosamente presentes, pero un examen de esas cuestiones no nos dice particularmente nada sobre cómo funciona el motor económico del capital, por más que identifique una de las fuentes de donde extrae su energía.

Una respuesta más detallada requeriría una mejor comprensión de mi propósito y del método que he elegido utilizar. De la misma forma que un biólogo puede aislar determinado ecosistema cuya dinámica (¡y contradicciones!) hay que analizar como si no existiera el resto del mundo, yo trato de aislar la circulación y acumulación del capital de todo lo demás que las rodea. Las trato como un «sistema cerrado» a fin de determinar sus principales contradicciones internas. Utilizo, en resumen, el poder de la abstracción para construir un modelo de cómo funciona el motor económico del capitalismo. Uso ese modelo para explorar por qué y cómo se producen las crisis periódicas y si, a largo plazo, existen ahí ciertas contradicciones que pueden demostrarse fatales para la perpetuación del capitalismo tal como lo conocemos.

Del mismo modo que el biólogo admitirá fácilmente que fuerzas y trastornos externos (huracanes, calentamiento global y subida del nivel del mar, contaminantes nocivos en el aire o en el agua) perturbarán o incluso alterarán sustancialmente la dinámica «normal» de la reproducción ecológica en el área que ha aislado para su estudio, lo mismo sucede en mi caso: las guerras, el nacionalismo, las contiendas geopolíticas, los desastres de diversos tipos forman parte de la dinámica del capitalismo, junto con grandes dosis de racismo, odio y discriminaciones de género, sexuales, religiosas y étnicas. Se necesitaría un holocausto nuclear para acabar con todas ellas antes de que ninguna contradicción interna potencialmente fatal del capitalismo haya concluido su obra.

No digo, por lo tanto, que todo lo que sucede en el capitalismo sea obra de las contradicciones del capital, pero sí pretendo discernir las contradicciones internas de este que han generado las recientes crisis haciendo parecer como si no hubiera ninguna salida clara sin destruir la vida y sustento de millones de personas de todo el mundo.

Permítaseme utilizar otra metáfora para explicar mi método. Un gran buque que surca el océano es un lugar particular y complicado donde tienen lugar distintas actividades, relaciones e interacciones sociales. Distintas clases, géneros, etnias y razas interactúan en formas a veces amistosas y otras violentamente conflictivas mientras transcurre el crucero. Los empleados, desde el capitán hasta el último grumete, están jerárquicamente organizados y algunos grupos (por ejemplo, los camareros que atienden a las cabinas) pueden estar enfrentados con sus supervisores y molestos con la gente a la que supuestamente deben servir. Podemos aspirar a describir en detalle lo que sucede en la cubierta y en las cabinas de ese navío y por qué. Pueden estallar contiendas entre los pasajeros de distintos puentes, aislándose los más ricos en los superiores para jugar una partida infinita de póquer y redistribuir la riqueza entre ellos, sin prestar ninguna atención a lo que sucede más abajo. Pero mi propósito aquí no es entrar a estudiar todo eso. En la sala de máquinas de ese barco se alojan sus calderas y compresores, un motor económico que funciona día y noche proporcionándole energía y permitiéndole desplazarse por el océano. Todo lo que sucede en esa nave depende de que ese motor siga funcionando. Si se estropea o estalla, el barco dejará de navegar.

En nuestro caso es el motor del capitalismo el que de modo obvio se viene estremeciendo en los últimos tiempos, y parece particularmente vulnerable. En esta investigación trataré de establecer por qué. Si se avería definitivamente y el barco deja de desplazarse, podemos vernos todos en un problema muy serio. Habrá que reparar el motor o sustituirlo por otro con un diseño diferente. En este último caso, se plantea la cuestión de cómo rediseñar el motor económico y con qué características. Para hacerlo será útil saber qué es lo que funciona o no funciona bien en el viejo motor, de manera que podamos emular sus buenas cualidades sin reproducir sus fallos.

Hay, sin embargo, unos cuantos puntos clave en los que las contradicciones del capitalismo afectan al motor económico del capital con fuerza potencialmente destructiva. Si el motor se inunda debido a acontecimientos externos (como una guerra nuclear, una pandemia infecciosa global que interrumpe todo comercio, un movimiento revolucionario desde arriba que arremete contra los maquinistas de abajo o un capitán negligente que dirige al barco contra un arrecife) el motor del capital se interrumpiría entonces por razones distintas a sus propias contradicciones. En lo que sigue señalaré debidamente los puntos primordiales en los que el motor de la acumulación de capital puede ser particularmente vulnerable a tales influencias externas, pero no analizaré en detalle sus consecuencias dado que, como ya he dicho, mi propósito aquí es aislar y analizar las contradicciones internas del capital más que las contradicciones del capitalismo en su conjunto.

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