Los «Escudo Rojo»

Publicado el 6 de marzo de 2022, 20:36

El nombre de «Rothschild» apareció por primera vez en el siglo xviii cuando Mayer Amschel Bauer estableció su imperio bancario en Fráncfort, Alemania, y cambió el nombre de la familia. Por eso Fráncfort sigue siendo una importante ciudad para los IIluminad y fue la sede elegida para el nuevo Banco Central Europeo cuando se creó en 1998. El Banco Central es una creación de los Rothschild conseguida por medio de otra creación, la Unión Europea. Los Bauer eran una conocida familia satánica de la Alemania de la Edad Media, y los Rothschild más importantes siguen siendo maestros de la magia negra en la actualidad. Moses Amschel Bauer, el padre de Mayer Amschel, era prestamista y propietario de una contaduría. El nombre de «Rothschild» deriva del término alemán rotes-schild, cuyo equivalente en español sería «escudo rojo/signo rojo», y hace referencia al hexagrama rojo que había en el hogar de los Bauer/Rothschild en Fráncfort (figura 38), más conocido por «estrella de David».

Figura 38. El hogar de los Rothschild en Fráncfort donde todo empezó.

Al margen de lo que cree la mayoría, no se trata de un símbolo exclusivamente judío, y no fue utilizado en ese sentido hasta que los Rothschild se apropiaron de él. El hexagrama es un símbolo esotérico muy antiguo, que hoy en día se halla en la bandera de Israel porque los Rothschild poseen el lugar (figura 39). Mayer Amschel Rothschild y sus cinco hijos fundaron casas banqueras en Francfort, Londres, París, Viena y Nápoles. Él seleccionó a las esposas de sus hijos en virtud de los vínculos con empresas que aportarían a la familia, y quería que sus descendientes se casaran con sus primos siempre que fuese posible para mantener la «pureza» del linaje. Tuvo dieciocho nietos, y dieciséis de ellos se casaron con primos hermanos. Sucede lo mismo en otros linajes, como en el caso de los colegas de los Rothschild, los Habsburgo, y de las familias «reales» que se remontan al antiguo mundo. Todas las hijas de Rothschild se casaron con banqueros -Worms, Sichel y Beyfus- y la familia se enriqueció desmesuradamente y adquirió muy mala fama por financiar los dos bandos en las guerras que ella misma creaba secretamente. Muchos de los nombres de banqueros famosos, como Lazard, Warburg, Worms, Sichel y Beyfus, surgieron de Fráncfort, la ciudad dominada por los Rothschild.

Figura 39. El «logotipo» de los Rothschild en la bandera de Israel, la Tierra de los Rothschild.

En 1790, Mayer Amschel Rothschild condensó la técnica de manipulación que utiliza la familia cuando dijo: «Dadme el control de la moneda de una nación y no me importará quién haga las leyes». Algo similar se le atribuye a su hijo Nathan, que dijo lo siguiente: «No me importa qué títere se coloque en el trono de Inglaterra y gobierne el Imperio en el que el sol nunca se pone... El hombre que controla el suministro de dinero de Inglaterra es quien controla el Imperio británico, y ese hombre soy yo». El juego consistía -y consiste- en endeudar a las empresas y los gobiernos y luego apoderarse de ellos. Los Rothschild se hicieron con el control de la economía de Estados Unidos desde el principio, gracias a su agente aristócrata del primer mandato de George Washington, el secretario del Tesoro Alexander Hamilton. Hamilton fundó el primer banco central del país, el Banco de Estados Unidos, aprobado en 1791 y cerrado en 1811 cuando el Congreso se negó a seguir manteniéndolo. Otra versión surgió y desapareció antes de que los Rothschild utilizaran a sus agentes, las familias Schiff y Warburg, para crear en 1913 el banco central privado «estadounidense», la Reserva Federal. La mayoría de las personas cree que la Reserva Federal es propiedad del Gobierno estadounidense, pero es un cártel de bancos privados controlado por los Rothschild, quienes adoran los bancos centrales porque cualquier cosa que se centraliza incrementa el poder de unos pocos sobre la multitud. Por eso procuran destruir toda la diversidad existente e imponer la uniformidad.

Las familias Schiffy Rothschild eran como una sola familia, y compartían la misma casa en Fráncfort en la época de Mayer Amschel, el fundador de la dinastía. Jacob Schiff dirigía el banco de los Rothschild de Kuhn, Loeb & Co. en Estados Unidos, y los Warburg posteriormente serían los banqueros de Hitler. Kuhn, Loeb & Co. fue un importante patrocinador de la Revolución bolchevique rusa y de sus instigadores oficiales, los jázaros-sumerios Lenin y Trotsky (cuyo verdadero nombre era Bronstein). La artificiosa «revolución» de los Rothschild impuso el credo político de Karl Marx, otro jázaro-sumerio y empleado de los Rothschild, y acabó con los zares rusos que se negaban a seguir el juego de los Rothschild. El 29 de marzo de 1929 el diario londinense The Times publicó lo siguiente:

Una de las curiosas características del movimiento bolchevique es el alto
porcentaje de líderes sin rasgos rusos. De los veinte o treinta líderes que componen el aparato central del movimiento bolchevique, por lo menos un 75 por 100 eran judíos.

En otras palabras, eran los agentes y peones de los Rothschild bajo el título de «sionistas». Aleksandr Solzhenitsyn, el autor disidente soviético, escribió en Archipiélago Gulag, tomo II que los sionistas crearon y administraron el campo de concentración soviético en el que perecieron decenas de millones de personas. Nombró a Aron Solts, Yakov Rappoport, Lazar Kogan, Marvei Berman, Genrikh Yagoda y Naftaly Erenkel: todos sionistas. Kuhn, Loeb & Co. -en otras palabras, los Rothschild- patrocinó los imperios financieros e industriales de Rockefeller, Harriman, J. P. Morgan y Carnegie, entre muchos otros. Sólo son otros nombres de «Rothschild». Jacob Schiff, de Kuhn, Loeb & Co., ordenó la creación del Consejo de Relaciones Exteriores antes de morir en 1920 (en calidad de adlátere estadounidense de la Mesa Redonda de los Rothschild en Gran Bretaña), y un año después, dos empleados de los Rothschild, Bernard Baruch y el coronel Edward Mandell House, fundaron el Consejo. Baruch y House controlaban al presidente Woodrow Wilson cuando éste llevó a Estados Unidos a la Primera Guerra Mundial, en la que los Rothschild británicos prestaron dinero a los británicos, los Rothschild franceses prestaron dinero al pueblo francés y los Rothschild alemanes prestaron dinero a los alemanes. ¡Hum! Adivina quién financió a los estadounidenses. Schiff también fundó la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP), una estrategia para confrontar distintas razas y sectores de la sociedad a fin de crear división y poder gobernarlos. Howard Sachar, un historiador judío, dice en su libro titulado A History of the Jews in America: «En 1914, Joel Spingarnel, profesor emérito de la Universidad de Columbia, se proclamó presidente de la NAACP y para su junta reclutó líderes judíos, tales como Jacob Schiff, Jacob Billikopf y el rabino Stephen Wise». También estaban Julius Rosenthal, Lillian Wald y el rabino Ernil G. Hirsch, y no fue hasta 1920 que la NAACP creyó apropiado nombrar a su primer presidente de color, James Weldon Johnson. Los Rothschild han seguido manipulando, y crean y controlan organizaciones supuestamente para el beneficio de las personas de color y de otras minorías que en realidad no les importan lo más mínimo. Los «líderes de los derechos civiles», como Jesse Jackson y Al Sharpton, son algunos de los muchos empleados de los Rothschild en este campo, además, por supuesto, de Barack Obama.

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