La primera del dictador y señora bajo palio en Sevilla se conserva en su Fototeca Municipal. La de Alcaraz Alenda ante el ayuntamiento de Badajoz procede del catálogo que sobre La fotografía en Extremadura (1847-1951) preparó Matilde Muro Castillo en el 2000 para la exposición del mismo nombre. Galán Bermejo, el cura de Zafra, salió de esa guisa en un número de la revista FOTOS de 1937. La impagable imagen del fanático jesuita Copado nos la proporcionó Francisco Moreno Gómez en su libro sobre La República y la guerra civil en Córdoba (1985). La estampa de Fernando Huidobro viene de un misal familiar. No es de extrañar porque el jesuita pasó por el Colegio de San José de Villafranca de los Barros (Badajoz) poco antes de partir para su encuentro con la muerte en la Cuesta de las Perdices. La foto del cura delator Calderón Tejero, procedente de los fondos del Archivo Díaz Hierro (Diputación de Huelva), nos la proporciona Manuel Reyes Santana, quien también nos hace llegar la de Siurot con «don Carlitos». Y la de Jesús de Mora se debe a Jesús Ramírez Copeiro del Villar.
Los curas de Rociana, Martínez Laorden, y Encinasola, Eugenio López, aparecieron en los libros respectivos de Antonio Ramírez Almanza y Manuel Tapada Pérez sobre la represión en ambos pueblos: Escríbeme a la tierra (2007) y en Guerra y posguerra en Encinasola (1999). La imagen del cura de Valle de Santa Ana llegó, como tantas otras cosas sorprendentes, por Eva Fernández. Su autora fue la periodista nazi Maria de Smeth. Por su parte Carretero Romo procede de la obra en la que Serapio Corchado reunió los boletines parroquiales de Villafranca. La del cura Cipriano Vallejo con las autoridades de Fuentes de Andalucía la debemos a José Luis Tirado y procede de Francis J. González Fernández, Fuentes de Andalucía. Una mirada al pasado, Ayuntamiento, 2010. Al libro de Rodríguez Lago sobre la Iglesia y los católicos gallegos debemos cuatro imágenes de entre las muchas y buenas que ilustran el libro (a destacar las del Archivo Pacheco): las de Emilio Álvarez «Reisiño» y Matías Usero y las dos del obispo de Tuy. La de Franco y señora con el obispo Muniz en Santiago está en muchos sitios, pero la hemos tomado de la Historia del franquismo publicada por Daniel Sueiro y Bernardo Díaz Nosty en fascículos a fines de los años setenta.
La imagen del obispo Balbino Santos Olivera apareció, entre otras muchas fotografías interesantes, en Guerra civil en Málaga (1984), de Antonio Nadal. Las de los obispos Arce Ochotorena e Ilundain proceden respectivamente de dos catálogos: el de la exposición La guerra civil en Zamora. Imágenes de la vida cotidiana en una ciudad de retaguardia (Zamora, 2006) y el que coordinó José Villa Rodríguez para Sevilla. Imágenes de un siglo (Sevilla, 1995).
La inquietante fotografía de Queipo con los tres obispos con motivo del entierro de Ilundain se encuentra en la Biblioteca Nacional, que cuenta con fondos gráficos de gran interés sobre la guerra civil. La de Queipo, Armario y Carranza haciendo el saludo fascista, así como la del dictador bajo palio saliendo de la catedral de Sevilla, aparecían en el coleccionable Sevilla. Imágenes de un siglo que ABC publicó en 1995. Del magnífico catálogo que quedó de la exposición que en Salamanca se dedicó a Filiberto Villalobos, Sueños de concordia (2005), procede la fotografía de Cáceres.
La imagen del maestro Raimundo Etreros se debe a su sobrina Celina Muñoz y las de Eduardo Espinosa, el cura de Villamartín, y Cristóbal Garrido, el de El Gastor, a Fernando Romero y a Pedro Sánchez. El busto de César Lozano procede de Internet y la imagen de Gumersindo de Estella del libro Fusilados en Zaragoza. La foto de boda del «Hermano Pérez» nos la pasó amablemente José María Lama. La foto familiar de José Pascual Duaso es una de las que ilustran el apartado a él dedicado en el libro de Víctor Pardo Lancina Tiempo destruido.
Gracias a Internet y a las habilidades de Jorge Arévalo ha sido posible contar con varias imágenes: Yagüe en compañía de Pérez Platero y Rodríguez de Valcárcel; Manuel de Castro Alonso ante un Franco que parece levitar; Balanzá, Muniz y Aranda; Doménech y otros fascistas en Zaragoza; Antonio García García en Valladolid en lo que parece un acto de exaltación fascista, y el obispo pamplonés Olaechea. También a Internet, a una página de Bonares (Huelva), se debe la imagen del párroco de El Madroño (Sevilla) con el obispo García Lahiguera. Finalmente, entregado ya el material a la editorial, Remedios Palomo me envió la foto de su abuelo, Lorenzo Palomo Chozas, y las de los dos curas que testificaron en su contra.
FRANCISCO ESPINOSA MAESTRE (1954). Historiador. Pertenece al grupo de investigadores que desde los años 80 renovaron el estudio de la guerra civil y penetraron por primera vez en su capítulo más negro: la represión. Entre sus trabajos hay que señalar Sevilla, 1936. Sublevación fascista y represión (1990), La guerra civil en Huelva (1996), Julio del 36. Golpe militar y plan de exterminio, ensayo incluido en la obra colectiva coordinada por Julián Casanova Morir, matar, sobrevivir (2002), La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz (2003), La justicia de Queipo, Contra el olvido. Historia y memoria de la guerra civil (2006), La primavera del Frente Popular. Los campesinos de Badajoz y el origen de la guerra civil (2007) y Callar al mensajero. La represión franquista, entre la libertad de información y el derecho al honor (2009).
JOSÉ MARÍA GARCÍA MÁRQUEZ (1950). Investigador. Ha catalogado los fondos judiciales militares relativos a Sevilla y Huelva del Archivo del Tribunal Militar Territorial Segundo. Cabe destacar entre sus obras La represión militar en La Puebla de Cazalla, 1936-1943 (2007), La UGT de Sevilla. Golpe militar, resistencia y represión, 1936-1950 (2008), Trabajadores andaluces muertos y desaparecidos en el Ejército Republicano (2009) y coautor de La desinfección del solar patrio. La represión judicial militar en Huelva (1936-1945), publicado en la obra coordinada por Mirta Núñez Díaz-Balart La gran represión (2009).
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