Estos palestinos que «viven» oficialmente en Israel y en Cisjordania y Jerusalén Este, ocupados por Israel, están viendo cómo les destruyen o roban las casas y les confiscan tierra para los pobladores judíos. Israel custodia la propiedad de más de cuatro millones de refugiados palestinos bajo la ley internacional hasta que un «tratado de paz» -que procuran que no llegue nunca- decida a cuántos refugiados se les permitirá regresar a los más de cuatrocientos pueblos destruidos por los israelíes. Naturalmente, eso no fue suficiente para el brutal Gobierno israelí obnubilado por el poder, que, violando la ley internacional, empezó a vender esta tierra para su propio beneficio y para construir asentamientos judíos (figura 49). Para esta gente, el término «malvado» carece de significado. En una ocasión, en agosto del 2009, la Corte Suprema de Israel tomó una decisión que permitía que las fuerzas de seguridad israelíes desahuciaran de sus casas y del distrito de Sheikh Jarrah a 9 familias palestinas, en las que figuraban 53 adultos y 20 niños. Luego entregaron las propiedades a una organización para el asentamiento judío. Dos de las familias desahuciadas fueron abandonadas en la calle cerca de su antiguo hogar. Mientras esto ocurría, también intimidaban y acosaban a los habitantes del pueblo beduino de Amra con el fin de obligarlos a abandonar su tierra. Son descendientes de unos pocos miles de habitantes que fueron capaces de quedarse después de las expulsiones masivas que sucedieron a la guerra y el terrorismo de 1948 que fundó Israel. La tribu tarabina, compuesta únicamente por ciudadanos israelíes, de pronto vio acordonado su único acceso por carretera, y el sucio camino que utilizaban en su lugar fue sujeto a controles en los que detenían vehículos para realizar inspecciones minuciosas. Alrededor del pueblo se colocaron alambres de cuchillas y se arrestaron niños hasta de ocho años.
De hecho, desde la ocupación israelí en 1967 de Jerusalén Este, Cisjordania y la Franja de Gaza de los palestinos, el Ejército israelí ha arrestado a muchos miles de niños palestinos. Les vendan los ojos, los esposan, los «interrogan» y abusan verbal y físicamente de ellos. Con frecuencia los niños «reclusos» permanecen en cárceles de adultos, donde pueden sufrir más abusos, entre ellos sexuales. Tulab Tarabin, uno de los residentes de Amra, dijo: «Cuatro de cada cinco niños ahora tienen expedientes en la policía, y nuestros conductores están siendo multados repetidamente por supuestos incumplimientos de las leyes de tráfico. Cada vez que nos detienen, la policía nos pregunta: “¿Por qué no te largas?”». Las autoridades israelíes quieren usar su tierra para construir casas para los oficiales del Ejército israelí. Morad al Sana, un abogado del centro legal de Adalah para las minorías árabes de Israel, dijo: «La política de Israel es que cuando los judíos necesitan tierra, los beduinos deben irse, independientemente del tiempo que lleven viviendo en sus casas o de que sus comunidades sean anteriores a la creación de Israel. El crimen de los tarabines es que se niegan a irse». Esta gente es sumamente despiadada y atroz, y el mundo se limita a observar, o mejor dicho, a mirar hacia otro lado, cuando Israel es el país más racista sobre la Tierra. En enero del 2010 las crueles autoridades israelíes abrieron un dique e inundaron los pueblos de Gaza sin ni siquiera avisar a sus habitantes. Las familias quedaron atrapadas en sus casas o tuvieron que trepar a los tejados para escapar a las inundaciones. Aquellos que viven en tiendas de campaña a causa de las decenas de miles de casas que han destruido los bombardeos de los israelíes, todavía sufren más miseria mientras estos criminales israelíes prosiguen la campaña para echarlos, a ellos y a su nación, de su tierra natal.
Impuesto al genocidio
Los tiranos que llevan la voz cantante en Israel están pisando sistemáticamente a los palestinos en nombre de la verdadera estructura de poder de ese país, la casa de Rothschild. Y los contribuyentes de Estados Unidos y el resto del mundo, nosotros, estamos pagando este asesinato calculado. La ayuda de Estados Unidos a Israel da cuenta de un tercio de todas las ayudas estadounidenses a países extranjeros, cuando en Israel sólo habita el 0,001 por 100 de la población mundial y tiene una de las rentas per cápita más elevadas del mundo. Y eso sin tener en cuenta todas las donaciones «privadas» de empresas e individuos estadounidenses que son desgravables incluso cuando las dan al Ejército israelí, a diferencia de cualquier otra fuerza extranjera. Según datos del 2007, el Gobierno de Estados Unidos dio más de 6,8 millones de dólares al día al adinerado país de Israel, mientras los desesperados y devastados palestinos de la Franja de Gaza y Cisjordania recibían sólo 300.000 dólares. La «ayuda» militar de Estados Unidos a Israel aumentó más de un 4 por 100 hasta una media de 3000 millones de dólares al año en el 2007, una cifra garantizada para diez años. Esta y otras ayudas hacen que Israel sea el mayor destinatario de la financiación militar extranjera de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. Estados Unidos también es el mayor proveedor de aviones de combate, armamento y otra tecnología militar de Israel.
En consecuencia, Israel posee la mayor flota de F-I6 después de las fuerzas aéreas estadounidenses. John J. Mearsheimer y Stephen M. Walt escriben en su libro titulado El lobby israelí y la política exterior de Estados Unidos:
Desde la Guerra de Yom Kipur en 1973, Washington ha proveído a Israel de un nivel de apoyo que eclipsa las cantidades proporcionadas a cualquier otro estado. Ha sido el mayor destinatario anual de la asistencia económica y militar directa de Estados Unidos desde 1976, y el mayor destinatario total desde la Segunda Guerra Mundial.
El total de las ayudas de Estados Unidos a Israel ascendía a más de 140.000 millones de dólares en el 2003.
Israel recibe alrededor de 3000 millones de dólares cada año por asistencia directa a países extranjeros, que es aproximadamente una quinta parte del total del presupuesto de Estados Unidos para ayudas a países extranjeros. Estados Unidos da a cada israelí un subsidio directo de unos 500 dólares al año. Esta generosidad es especialmente asombrosa cuando uno descubre que Israel es actualmente un rico estado industrial con una renta per cápita aproximadamente igual a la de Corea del Sur o España.
La casa de Rothschild controla Israel y el sistema político de Estados Unidos. La red que vincula a los dos es el sionismo Rothschild, y la ayuda estadounidense a Israel es simplemente una filial del sionismo que entrega dinero efectivo a la otra filial. Por eso es tan escandalosamente desproporcionada en relación con la necesidad. El poder de este conciliábulo sionista Rothschild que abarca Israel, Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia y otros lugares, es como el matón del patio que ataca y tortura a los niños pequeños que llevan aparatos ortopédicos: los habitantes de Gaza y Cisjordania. Miles de hombres, mujeres y niños son asesinados o heridos, y muchos incapacitados de por vida, a medida que bombardean a personas inocentes y desarmadas, a sabiendas de que no habrá ninguna respuesta alternativa. Así actúan todos los matones. Oh, hombres valientes de Israel. Son interminables los paralelismos entre el sanguinario «Dios» del Antiguo Testamento y las acciones de los individuos crueles y despiadados que controlan Israel. No sienten más empatía ni piedad que un ordenador por aquellos que sufren las consecuencias de sus acciones. Imaginemos que Irán, o cualquier otro país que no sea Israel o Estados Unidos, estuviera haciendo lo mismo que está haciendo el Ejército israelí a los palestinos. El mundo entero condenaría a ese país, especialmente Israel y Estados Unidos. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas aprobaría mociones contra ese país y se exigirían sanciones o intervenciones militares para «salvar al inocente». Cuando se trata de Israel, hay banales demandas de suspensión de hostilidades y de poner fin a la violencia, al mismo tiempo que «comprenden la posición de Israel» (figura 50). Mientras Gaza, una de las extensiones de tierra más atestadas del planeta, estaba siendo bombardeada a principios del 2009, Obama, que pronto iba a ser el presidente del «cambio», se negó a hacer ningún comentario. El silencio fue su única respuesta. Dijo que no diría nada porque Estados Unidos sólo podía tener los presidentes de uno en uno. Es hilarante, porque sólo unas semanas antes, cuando los atentados de Bombay, en la India, tardó poco tiempo en encontrar un micrófono. El «Señor Cambio» es un títere de los sionistas Rothschild, tal y como veremos. Israel, bajo el dominio de los Rothschild, no está sujeto a las mismas leyes que los demás, por motivos que explicare. Tal y como dijo el ex primer ministro y terrorista Ariel Sharon:
Israel puede tener derecho a procesar a los demás, pero sin duda nadie tiene derecho a procesar a los judíos ni al Estado de Israel.
La primera ministra Golda Meir delató la misma arrogancia que los sionistas Rothschild:
Este país existe porque es el cumplimiento de una promesa que hizo Dios. Sería ridículo preguntarle que explicara su legitimidad.
Ah, ¿está todo escrito en el Antiguo Testamento? Bien, entonces haz lo que quieras. El gobierno de Obama es un esclavo pro-Israel, especialmente porque necesitaba la autorización del verdadero gran «lobby» sionista Rothschild de Estados Unidos para garantizar su presidencia, y su Administración está impregnada de sionistas Rothschild, inclusive el jefe de Gabinete y el consejero mayor de la Casa Blanca. Su vicepresidente, Joe Biden (sionista Rothschild) ha sido desde hace tiempo un recadero de Israel, y la secretaria de Estado, Hilary Clinton, es otro títere de los Rothschild que prometió «arrasar» Irán si llevaba a cabo un ataque nuclear sobre cualquier país elegido por Dios. ¿Dijo que arrasarían Israel si realizaba un ataque nuclear sobre Irán? Por supuesto que no. Obedecen a reglas distintas. Los palestinos jamás han tenido una oportunidad. La mesa está inclinada; el juego está amañado y siempre lo ha estado. Si eliminamos la injusticia, acabamos con la motivación para dar una respuesta violenta a esa injusticia. Pon a las personas en la situación de aceptar su patética situación o abrir fuego, y algunas se sentirán obligadas a escoger la última opción. En lugar de abordar la causa de raíz, la injusticia, Israel responde con un bombardeo de vanguardia para «protegerse a sí mismo». En el 2007 murieron 25 palestinos por cada israelí, y según afirma Amnistía Internacional, a principios del 2009 hubo una ofensiva de los israelíes en la Franja de Gaza que duró 22 días y en la que murieron unos 1400 palestinos, entre ellos 300 niños. El balance de muertos israelíes era de... 3. Eso es mucho más que «protegerse a uno mismo».
Israel también posee un gran arsenal nuclear que se niega a admitir o a negar, y cuenta con el apoyo de una política oficial de Estados Unidos de nunca preguntar si tiene armas nucleares, cuando sabe perfectamente que ha tenido armas de este tipo en los últimos treinta años. Obama anunció que seguiría con esa política, al mismo tiempo que condenaba a cualquier otro país que se negara a las inspecciones oficiales. Mohamed ElBaradei, director general de la Agencia Internacional de Energía Atómica, ha dicho que «Israel es la principal amenaza de Oriente Medio» por su capacidad nuclear. Dijo que el Gobierno israelí ha rechazado permitir inspecciones en sus instalaciones nucleares durante treinta años. ¿Cómo se salen con la suya? Los Rothschild poseen Israel y su arsenal nuclear y poseen el Gobierno estadounidense. Mordechai Vanunu, que anteriormente trabajaba de asistente técnico nuclear, reveló en 1986 los detalles del programa de armas nucleares de Israel a un periodista británico. Posteriormente una mujer judía estadounidense llamada Cheryl Bentov lo atrajo a Italia, donde el Mosad -el Servicio de «Inteligencia» de los Rothschild - lo drogó y lo secuestró, y lo encarceló durante dieciocho años por «traición y espionaje», once de los cuales los pasó incomunicado. Al parecer, ahora Bentov utiliza el nombre de Cheryl Hanin, y trabaja de agente inmobiliario en Florida, cómo puede dormir por la noche sólo ella lo sabe. Vanunu es un preso político y se le ha denegado la libertad de expresión. Desde su liberación en el 2004, sigue estando sujeto a una larga lista de restricciones en sus desplazamientos y su libertad de expresión. En numerosas ocasiones ha sido arrestado porque tenía una novia noruega a quien la policía ya había interrogado. «A Vanunu lo arrestaron [por] una relación entre un hombre y una mujer, una ciudadana noruega» dijo el señor Feldman. «No lo acusan de revelar ningún secreto. A ella no le interesan los asuntos nucleares, a ella le interesa Mordechai Vanunu...». Una vez más, imagina que Irán o cualquier otro país de Oriente Medio hiciera esto mismo. El Gobierno estadounidense tardaría menos de un segundo en estar ante un micrófono para condenar y reclamar que eso confirma la naturaleza tiránica del régimen. ¿Cuál fue la respuesta del gobierno de la «Tierra de los libres» al escandaloso trato que dieron a Vanunu? Silencio.
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