NI empatía ni piedad

Publicado el 12 de mayo de 2022, 20:19

El plan es asesinar o echar a los palestinos utilizando la pobreza, la hambruna y la guerra, y permitir que los sionistas Rothschild se expandan al «Gran Israel». Actualmente el plan está sumamente avanzado. Están tratando de fundar un «Gran Israel» que incluya su antigua patria de Sumeria y Babilonia, y es una de las consecuencias a largo plazo de la invasión estadounidense-británica (Rothschild) de Iraq. Mientras que los sionistas Rothschild siguen hablando de racismo, Israel es un estado racista, no sólo entre judíos y árabes, sino también entre los distintos «niveles» de judíos. Los asquenazíes de Sumeria-Jazaria siempre están en el nivel más alto, naturalmente, y los judíos negros de Etiopía están en el nivel inferior y reciben un trato terriblemente racista. Por lo visto salió a la luz que Israel estaba administrando el anticonceptivo Depo-Povera a las mujeres negras etíopes en edad fértil a fin de evitar que tuvieran hijos. El 57 por 100 de usuarios de Depo-Povera en Israel son mujeres negras etíopes, cuando la comunidad etíope no alcanza ni el 2 por 100 de la población israelí. Además, cada día se desechan las donaciones de sangre de los negros etíopes de Israel. El Gobierno del apartheid en Sudáfrica utilizó la Depo-Povera, muchas veces a la fuerza, para limitar la fertilidad de las mujeres negras, e Israel está haciendo exactamente lo mismo. Hedva Eyal redactó un informe sobre el escándalo que publicó Woman to Woman, una organización feminista con sede en Haifa, al norte de Israel. Dijo:

Consiste en reducir el número de nacimientos en una comunidad negra y mayoritariamente pobre. La política implícita es que Israel sólo quiere niños blancos y asquenazíes.

Sí, y lo hacen a las órdenes de las autoridades racistas israelíes que no dejan de quejarse del «racismo» de los demás. Los árabes palestinos siempre han sido arreados a la Franja de Gaza y a otro enclave palestino llamado Cisjordania, que está ocupado por el Ejército israelí, y los asentamientos ilegales de israelíes están aumentando cada vez más rápido para asegurarse de que estas tierras también pasen a formar parte del Gran Israel. Al mismo tiempo, están destruyendo casas palestinas por ser «ilegales» y construyendo una gran muralla —«un muro de seguridad»- que han colocado para robar tierra palestina, dividir familias, reducir o negar el acceso al agua, a los alimentos y a un tratamiento médico, entre muchas otras cosas (figura 46). Se estima que la muralla roba el 12 por 100 de tierra palestina en Cisjordania y en Jerusalén Este. También están echando a los palestinos de Jerusalén Este, que se halla en el interior de la muralla, demoliendo sus hogares para construir asentamientos judíos, «parques» judíos y «sitios arqueológicos» judíos que dirigen las organizaciones para los asentamientos judíos. Los sionistas Rothschild de todo el mundo están financiando todo esto con donaciones de decenas de millones de dólares. Cuando los palestinos protestan pacíficamente por el despreciable trato que reciben, los atacan con gases lacrimógenos. Teclea las palabras: «Israeli soldiers fire on Al Jazeera correspondent» en YouTube y podrás ver un ejemplo. El 9 de julio del 2004 el Tribunal Internacional de Justicia decidió por unanimidad que «la muralla que están construyendo los israelíes y su régimen se opone a la ley internacional ...». Decretó que Israel detuviera la construcción, destruyera lo que se había construido, devolviera la tierra a Palestina y pagara una indemnización. Las autoridades israelíes alzaron el dedo y señalaron al cielo. No reconocen la ley internacional, excepto cuando se aplica a los demás, ni tampoco responden a las resoluciones de la ONU cuando significa cualquier clase de justicia para los palestinos. ¿Cuál fue la respuesta de la «comunidad internacional» ante este desafío? Nada de nada. Acuérdate de que esto es Israel. Jamás se hace nada al respecto porque las naciones de «Occidente» también están bajo el control de los Rothschild y aterrorizadas por ellos. Peor aún, en otoño del 2009 el presidente Obama (sionista Rothschild) y su secretaria de Estado Hillary Clinton (sionista Rothschild) acordaron dejar de «exigir» (de boquilla) que Israel dejara de construir asentamientos en tierra palestina, y en su lugar, propusieron que la «racionalizaran». ¿Qué diablos significa eso? No pretende significar nada, sino únicamente «haz lo que te apetezca y haremos la vista gorda». Este mismo Obama «ganó» el Premio Nobel de la Paz y da la imagen de un «hombre que se preocupa». Es un títere de los Rothschild de los pies a la cabeza. En el 2009, Tzipi Livni, la ministra de Asuntos Exteriores israelí durante el período de la invasión de Gaza, tuvo que renunciar a un viaje a Gran Bretaña cuando los defensores de los palestinos consiguieron una orden judicial para arrestarla por crímenes de guerra. La respuesta del Gobierno británico fue anunciar que cambiaría la ley para que eso no pudiera ocurrir de nuevo. El sesgo es demasiado obvio.

Mira la falta de respuesta y de acciones que hubo cuando los hombres valientes de Tel Aviv estaban bombardeando Gaza por cielo y por tierra a principios del 2009. Los aviones y tanques israelíes de tecnología punta, proporcionados por Estados Unidos, bombardearon constantemente a los civiles de este pobre páramo, que hace la función de asentamiento temporal para seres humanos que el Gobierno israelí preferiría que estuvieran muertos. Los mentirosos y criminales portavoces israelíes dijeron que no se dirigían a los civiles. No, sólo bombardeaban sus viviendas. Algunos soldados israelíes se escandalizaron tanto por lo que les mandaban hacer que organizaron un grupo de presión llamado «Rompiendo el Silencio» para exponer las mentiras del Gobierno israelí. Sus testimonios corroboran que los despiadados asesinatos y la destrucción de Gaza era la política militar de Israel (figuras 47 y 48). Uno dijo: «No les mandaban disparar a todos los que viesen, pero sí que, cuando se acercasen a una casa, disparasen a una cierta distancia, al margen de que hubiera alguien o no, incluso aunque hubiera una señora mayor». Otros testimonios de soldados revelaron lo siguiente:

 

• Los soldados utilizaban de escudos a los civiles palestinos cuando entraban en edificios.

• Un gran número de casas y edificios fueron demolidos por precaución o para despejar «líneas de fuego».

• Algunas tropas tenían una actitud agresiva v poco disciplinada.

• Hubo vandalismo en propiedades palestinas.

• Los soldados dispararon a los tanques de agua en una época de gran escasez para los palestinos.

• Utilizaron fósforo blanco -que quema a las personas— en áreas de civiles de manera gratuita e imprudente.

• Hubo muy poco combate directo con los «militantes palestinos» a los que supuestamente debían eliminar.

 

Este último aspecto es fácil de explicar. El asalto sobre Gaza pretendía destruir la capacidad de supervivencia de los palestinos, no detener a los «militantes», y por eso la población civil fue el principal objetivo. Enhorabuena a aquellos soldados israelíes que han denunciado todo esto, porque su alma es más importante que su mente. Lo mismo digo a los magníficos jóvenes israelíes que se están negando a servir en el Ejército porque están asqueados del trato que se está dando a los palestinos. Una vez más, son seres humanos especiales porque su corazón es más poderoso que su temor a las consecuencias, entre ellas el hecho de poder ser encarcelados por negarse a ser matones de un gobierno enfermo y malvado. Una de las pocas figuras políticas o administrativas que denunció esto fue el representante judío de la ONU Richard Falk, que dijo: «Los ataques aéreos de los israelíes sobre la Franja de Gaza representan una grave violación del derecho humanitario internacional, tal y como se definió en los Convenios de Ginebra, en lo que respecta a las obligaciones de una ocupación militar y a los requisitos de los derechos de los conflictos armados...». Estas violaciones incluían:

 

• Castigo colectivo: el total del millón y medio de personas que vive en la abarrotada Franja de Gaza fue castigado por las acciones de unos pocos militantes.

• Apuntar a los civiles: los ataques aéreos se dirigieron a áreas de civiles en una de las extensiones de tierra más atestadas del mundo, sin duda en la región más densamente poblada de Oriente Medio.

 

Respuesta militar desproporcionada: los ataques aéreos no sólo destruyeron
todos los Departamentos de Policía y Seguridad del Gobierno elegido de
Gaza, sino que también mataron e hirieron a cientos de civiles. También se
informó de por lo menos un ataque que alcanzó a grupos de estudiantes que
buscaban un medio de transporte para ir de sus casas a la universidad.
Benjamín Netanyahu, primer ministro israelí y despiadado extremista sionista
Rothschild, dijo, a la luz de este y otros informes sobre los crímenes de guerra de los israelíes, que él jamás permitiría que ningún soldado o líder israelí fuera a juicio por lo que habían hecho. Con los Rothschild entre
bastidores, sabe que tiene el poder para decir esto. Tony Blair (sionista Rothschild), una marioneta de los Rothschild, apoyó públicamente su posición. Por supuesto que lo hizo. Por eso le encomendaron la «tarea» de enviado a «Oriente Medio» para la ONU, la Unión Europea, Estados Unidos y Rusia, a pesar de mentir fríamente para justificar el asesinato masivo de un incalculable número de árabes en Iraq. Se están riendo de nosotros; pero no por mucho tiempo más. Un juez judío sudafricano llamado Richard Goldstone, que tiene estrechos vínculos con Israel, redactó un informe de 575 páginas para la ONU sobre la invasión israelí de Gaza en el 2008-2009. Decía lo siguiente: «La misión concluyó que las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) cometieron acciones que constituyen crímenes de guerra y, posiblemente en algunos aspectos, crímenes contra la humanidad». El Gobierno israelí, liderado por extremistas y locos como Netanyahu y Simón Peres, miembro del grupo terrorista Haganá, se horrorizó ante el hecho de que pudiera ser criticado por el asesinato masivo de un pueblo inútil y, por supuesto, la filial estadounidense del imperio mundial de los Rothschild se puso de su parte.

Eres una vergüenza, Obama, una vergüenza por todo lo que afirmas -falsamente- defender.

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