El error fundamental en la teoría de los derechos animales es más un sentimiento emotivo que real. Solo los seres humanos poseen derechos. Y eso no es porque así lo sintamos sino por una deducción racional sobre la propia naturaleza del hombre. El hombre tiene derechos porque es capaz de interactuar en sociedad asumiendo derechos y obligaciones. Esto se deduce de los mismos Derechos Naturales, o lo que es lo mismo: de la capacidad del hombre individual para tomar elecciones conscientes, la necesidad de que use su mente y energía a conseguir metas, a perseguir objetivos con el fin de sobrevivir y prosperar, a la capacidad y necesidad de comunicarse y participar en la división del trabajo y crear proyectos interactuando con el resto de la sociedad. En pocas palabras, el hombre es un animal racional y social. El resto de animales y seres vivos no poseen esta capacidad de razonar ni tomar decisiones conscientes para transformar su entorno con el fin de prosperar.
De hecho, un animal no puede tener derechos porque no los entiende, así como tampoco entiende sus obligaciones. Derechos y obligaciones van unidos. Los humanos sabemos que no podemos morder o atacar a personas, pero un animal no puede entender algo así. Y si no pueden entender sus derechos ni obligaciones, es que no puede disfrutar de tales privilegios. El economista Juan Ramón Rallo hizo una suposición para ver cómo se desarrollarían los animales con derechos plenos:
“Soltar a todos los animales provocaría tan sólo un caos monumental, que terminaría con la muerte de la mayoría en tan sólo unos días. Los animales carnívoros no sabrían cazar; otros, como los conejos, los pollos o los cerdos, no sabrían cómo orientarse, dónde buscar sustento silvestre […].
Los animales liberados morirían, y sus crías ni siquiera llegarían a nacer. Espectaculares resultados para los amigos de los animales. De hecho, las extinciones de especies se producen siempre entre animales sobre los que no recae derecho de propiedad alguno; tanto los elefantes como las ballenas han empezado a prosperar cuando se ha permitido que unos dueños los cuidaran y protegieran.
Una cosa es que los propietarios de los animales debamos mostrar cierta humanidad con seres que son capaces de experimentar dolor y otra muy distinta que debamos reconocer un estatus ético a seres incapaces de comprenderlo, renunciando a buena parte de nuestro modo de vida” [132] .
Y el precio de los huevos dobló gracias a los derechos animales
La Unión Europea y su corte de eurócratas no están exentos de esta sensibilización hacia los animales. De tal forma que los coloca por encima de los consumidores y personas. Vamos a ver algunos puntos de la legislación europea sobre el tema.
Sobre las granjas de gallinas por ejemplo (Directiva 1999/74/CE):
[Han de tener] disposiciones específicas para los sistemas de cría que permitan a las gallinas ponedoras desplazarse libremente o acceder a espacios exteriores.
La densidad de aves no deberá ser superior a nueve gallinas ponedoras por metro cuadrado de superficie utilizable.
Cada gallina deberá disponer de al menos 550 cm2 de superficie de la jaula.
Las jaulas estarán equipadas con dispositivos adecuados de recorte de uñas.
Las hileras de jaulas deberán estar separadas por pasillos de 90 cm. de ancho como mínimo, y deberá haber un espacio de 35 cm. como mínimo entre el suelo del establecimiento y las jaulas de las hileras inferiores.
La ley supuso un coste importante a las empresas que tuvieron que
trasladar al cliente final. ¿Sabe qué provocó estas leyes, como tener que cortar las uñas a las gallinas entre otras? Que el precio de los huevos en el supermercado doblase. Muchos ganaderos han tenido que despedir a trabajadores o dar el cierre empresarial. Una gran empresa alimentaria fue multada por no cumplir la directiva, y al final tuvo que sacrificar a miles de pollos para dar cabida al mandato. Ya ve, tuvieron que matar animales para el propio bien de los animales. Absurdo.
Pero esto también significó un paso más hacia el monopolio de la alimentación. Muchas pequeñas empresas alimenticias cerraron y las grandes corporaciones aumentaron su peso dentro del sector ya que al aumentar los costes mínimos se han deshecho de competencia pequeña que no puede permitirse tales gastos ni lujos.
Vemos otro caso. Los terneros, que según la ley corren el riesgo de
deprimirse si no se les trata por igual, por eso (Directiva 2008/119/CE):
Los terneros recibirán al menos dos raciones diarias de alimento. Cada ternero tendrá acceso al alimento al mismo tiempo que los demás animales del grupo.
Los terneros estabulados deberán ser inspeccionados al menos dos veces al día y los equipos mecánicos al menos una vez al día.
Los terneros recibirán una iluminación natural o artificial (equivalente al menos al tiempo de iluminación natural entre las 9:00h y las 17:00h.).
Para importar animales de terceros países, se necesitará un certificado que acredite que han recibido un tratamiento equivalente al proporcionado a los animales de origen comunitario. NOTA: No vaya a ser que los vendan más baratos que los lobbies europeos y el consumidor tenga capacidad de elección.
¿Y sobre los cerdos? Directiva 2008/120/CE:
Se prohíbe el uso de ataduras de las cerdas y las cerdas jóvenes. NOTA : A los viejos no.
Los suelos deben ser lisos pero no resbaladizos, para evitar que los animales se hieran. NOTA : En la naturaleza libre no se hieren.
La zona en la que se tienden los cerdos será confortable… NOTA : Su sofá puede ser más incomodo que el de los cerdos europeos (no me refiero al de los eurócratas).
Las normas de superficie se establecen en función del peso del animal. Un verraco ha de tener como mínimo 6m2 NOTA : Mucho más que usted en el transporte público.
Y no es todo, la absurdidad llena páginas y páginas, por ejemplo, todos los animales al ser trasladados:
«Han de tener un equipamiento de mejor calidad […], en particular, la regulación de la temperatura como ventilación mecánica, registro de la temperatura, sistema de alerta en la cabina de conducción, sistema permanente de suministro de agua…» [133] .
Lo dicho, mejor que usted en el metro y autobús.
Pero la UE incluso nos hace un manual de como sacrificar a los animales. El hombre lleva unos 50.000 años viviendo en sociedad. Pues para la UE, durante todo este tiempo los animales se han sacrificado mal. Los burócratas de Maastricht en un despacho de Bruselas saben mejor que la historia humana cómo se ha de matar a un animal. Así, según el Real Decreto 54/1995, De 20 De Enero. Anexo B:
1. «Los animales se sujetarán de forma adecuada para evitarles, en la medida de lo posible, todo dolor, sufrimiento, agitación, herida o contusión evitables. No obstante, en el caso del sacrificio ritual será obligatoria la sujeción de los animales de la especie vacuna antes del sacrificio mediante un procedimiento mecánico, con el fin de evitar a dichos animales dolores, sufrimientos y excitaciones, así como heridas o contusiones».
2. «Tampoco se atarán las patas de los animales ni éstos serán suspendidos antes del aturdimiento o matanza. No obstante, las aves de corral y los conejos podrán ser suspendidos para su sacrificio, siempre que se tomen las medidas adecuadas para que las aves y los conejos que vayan a someterse al aturdimiento se encuentren en un estado de relajación que permita efectuar dicha operación con eficacia y sin pérdidas de tiempo innecesarias. Por otra parte, el hecho de bloquear a un animal en un sistema de sujeción no podrá considerarse en modo alguno como una suspensión».
3. «Los animales aturdidos o sacrificados por medios mecánicos o eléctricos aplicados a la cabeza se presentarán en una posición que permita aplicar y hacer funcionar el aparato con facilidad, precisión y durante el tiempo necesario. Las autoridades competentes podrán, no obstante, autorizar el recurso a medios adecuados de restricción de los movimientos de la cabeza en el caso de solípedos y vacunos».
4. «Se prohíbe utilizar los aparatos de aturdimiento eléctrico para efectuar la sujeción inmovilización o para obligar a los animales a moverse». NOTA: ¿es decir, se les ha de mover persuadiéndolos mediante el diálogo?
Ya ve, sus impuestos son usados para que gente experta redacte idioteces así. Ni la Unión Soviética tenía tantas restricciones en este ámbito. Simplemente los animales se mataban (como a las personas) y punto.
Este conjunto de leyes crea precios más altos hacia el cliente final, menos competencia, más burocracia, más puestos políticos, nula diversidad empresarial y asesina por completo la función del descubrimiento del mercado. Solo añade costes a nuestra comida.
Prohibido innovar con animales
¿Es que se puede innovar en el sector de la alimentación? Continuamente ocurre, y hasta en las cosas más insospechadas, pero al Gobierno no le gusta eso de la innovación privada. Por ejemplo, hace unos años un empresario se dedicó a vender bichos para la ingestión humana. Vendía saltamontes, hormigas… y la gente los compraba para comérselos. Tal vez le parezca extravagante y estrafalario, pero el empresario no hacía daño a nadie, al revés, se ganaba la vida honradamente y satisfacía un sector de la población.
Pues al Ayuntamiento de turno no le gustó la idea y cerró la empresa porque no existía una regulación para ese tipo de comercio. A los políticos les dio igual arruinar a un empresario, dejar insatisfecha a la gente o limitar la creatividad humana. Y la verdad es que nadie cayó enfermo ni murió en el tiempo que estuvo abierto el peculiar negocio.
El Gobierno y lobbies criminalizan estilos de vida
Un par de curiosidades. En una ocasión el presentador del programa inglés The Alan Titchmarsh Show acusó a Cesar Millán —más conocido como «Encantador de Perros»— de maltratar a los animales. Mucha gente llamó quejándose contra el cuidador. Incluso Millán fue recibido por fanáticos ecologistas como si fuera un criminal de guerra. En las primeras escenas de la película The Possession, El Origen Del Mal [134] , una niña enseña a su padre dos pancartas donde compara comer animales con el asesinato.
Estas anécdotas simplemente demuestran el lavado de cerebro que han ido haciendo los lobbies con la ayuda del Gobierno sobre las mentes de las personas. ¿Un señor que adiestra perros es realmente un criminal de guerra? ¿Una niña nos ha de decir que somos asesinos si comemos carne animal? Muchos niños hoy día piensan que la ingestión de animales es un crimen e intentan adoctrinar a sus padres con esto. ¿Pero qué tipo de criterio tiene una niña de once años? ¿Ha llegado a tal razonamiento por sus profundas conclusiones?
La educación del Gobierno nos lleva a este tipo de adoctrinamiento en
masa. Claro que no es malo amar a los animales, ¡al revés! Pero lo que es aberrante es que de forma centralizada se criminalice a una parte de la sociedad contra otra creando conflictos, prohibiciones y pérdidas económicas injustificadas. Cualquier lobby tiene todo el derecho legítimo a defender una causa mediante la persuasión, concienciación, propaganda y educación. Pero no tiene ningún derecho a imponer al resto de la sociedad sus caprichos mediante la fría y coactiva maquinaria del Gobierno o a excluir socialmente a grupos de personas por pensar diferente al colectivo. Si hacemos esto, nos convertimos en tiranos.
Los estilos de vida, mientras no representen violaciones a la Vida, Libertad y Propiedad, son intocables. Son la esencia pura del ser humano. Resulta un oxímoron que grupos radicales de ecologistas, o gente aborregada por la propaganda del Gobierno, televisión, artistas de cine y cantantes «buenorros”, nos impongan su propio estilo de vida “humanitario» cuando el contrario no resulta un crimen. No solo lleva a la radicalización de todos, sino que anula la diversidad intelectual, libertad de expresión y acción, y fomenta la represión.
Un ejemplo del daño que puede causar la imposición de los derechos de los animales lo vimos en Cataluña con la prohibición del sacrificio de animales en perreras. Esta autonomía fue la primera en prohibir los sacrificios de animales domésticos [135]. Todos los grupos de presión «animal» se mostraron encantados con la ley. La organización Veterinaria.org cayó en la falacia del Leviatán afirmando que:
«A partir de ahora […] no morirán más animales en Barcelona en las instalaciones municipales…» [136] .
El problema fue que las perreras quedaron desbordadas rápidamente. El nivel de higiene se hundió, los trabajadores quedaron saturados, el presupuesto de las administraciones locales se disparó (lo que significó más impuestos), y en definitiva, no sabían qué hacer con los perros. ¿Solución? Muchas perreras siguieron sacrificando animales de forma ilegal porque la situación era insostenible. Esto provocó denuncias de los lobbies acusando a las perreras y administración de no seguir la ley ya que se seguían matando perros, lo que creó más burocracia, multas y estado policial.
Cuando la crisis hizo impacto total en 2010, hubo un auténtico drama. Las perreras aumentaron su población canina en más de un 40% y la gestión fue imposible. Y de nada sirvió la construcción de una perrera en la ciudad condal que costó la escalofriante cifra de 9 millones de euros y solo pudo acoger a un máximo de 250 perros y 200 gatos. Ah, no es el único lugar donde se construyen perreras con precios de mansiones. En el distrito municipal de Fuencarral-El Pardo (Madrid) crearon una de 8,7 millones de euros, pero oiga, ¡tiene crematorio para las mascotas! Claro que no son peor que la perrera de Mieres (Asturias), que costó 400.000 euros y nunca se estrenó llevando ya dos años cerrada.
Volviendo al tema de cómo perjudicó la regulación «pro animal» a todos, la propia ley atacó a los ciudadanos con mascotas incluso. Así leemos en ella que:
«Hay que destacar también que la presente Ley regula y limita la cría de perros y gatos por parte de particulares, con la finalidad de disminuir su número y evitar una proliferación indiscriminada sin ningún tipo de control, ya que en muchas ocasiones estos animales sufren las consecuencias del abandono» [137] .
¿Sabe para qué ha servido esta ley? Solo para aumentar el número de multas.
Imponer estilos de vida a punta de pistola, como ya hemos visto, no solo daña la sociedad y rompe la diversidad intelectual y la libertad, sino que ataca directamente a estilos de vida muy arraigados que hacen que el clima social aún se tense más. Esto es lo que ocurrió cuando se reguló la matanza del cordero a los musulmanes en nuestro país.
Muchos fieles lo vieron como un ataque directo a su estilo de vida, religión y cultura. A la vez, otros que no son religiosos ni amigos de los animales, estuvieron a favor de la medida por una simple razón de odio y racismo. Esa ley polarizó a muchos musulmanes. Más aún cuando la policía se dedicó a sabotear las fiestas porque los religiosos no tenían el permiso para matar al cordero [138]. En realidad no depende que maten al animal o no, sino que paguen al Gobierno para hacerlo. Si pagan, entonces es bueno.
Lo mismo es aplicable a las fiestas mayores de ciudades y pueblos donde hay implicados animales y se prohíben las tradiciones por tal «sufrimiento animal”. En Cataluña se prohibieron los toros (pero no los correbous que son lo mismo). Luego le siguieron otros lugares. En Maganenses de la Polvorosa (Zamora), prohibieron tirar a una cabra del campanario por las fiestas patronales. En Sagunto (Valencia) se prohibió “La Suelta de Patos», fiesta que consiste en lanzar patos silvestres en el dique del puerto y donde los participantes intentan atraparlos. El Ayuntamiento levantó la prohibición años después y tuvo una querella de una organización ecologista. Y así, a montones.
Usted puede pensar, al igual que yo, que tirar a una cabra desde un campanario es una salvajada. Tal vez tampoco le gusten las corridas de toros, como a mí. Pero recordémoslo, una cabra o un toro no tienen más derechos que los humanos. ¿Es que los animales han elegido a los ecologistas como defensores de los derechos que no tienen? Este tipo de amor animal tiene las mismas bases que el fundamentalismo religioso. No se basan en ningún tipo de racionalidad, es puritanismo radical. Es imponer mediante la fuerza las ideas de la fe de un grupo a otro que no tiene esta fe. Y como dijo el periodista y escritor H.L. Menken:
«El puritanismo es el temor enfermizo a que alguien, en alguna parte del mundo, pueda ser feliz».
Los prohibicionistas ecológicos son personas tan limitadas que buscan la confrontación continua para apaciguar su conciencia. No hablan de negociar, de conseguir una sociedad mejor, más productiva o asentada en los valores de la compresión y fraternidad. Una minoría se cree por encima de los derechos de todos los hombres, la tradición, la cultura popular o directamente se creen profetas. Ese es el caso de David Attenborough, un conocido ecologista que llegó a afirmar que el ser humano es «una plaga sobre la Tierra» e hizo una llamada para que se controlara la natalidad a escala mundial.
El amor a punta de pistola no es amor, es violación. Las ideas si se imponen solo generan más odio, más tensión, más confrontación, menos diversidad y más pereza mental. No es algo nuevo, ya nos lo decía Martín Breton, que parece más sabio que el Gobierno, los grupos de presión y la mansa población de este país: respeta si quieres ser respetado. De lo contrario, mataremos la convivencia para volverla la ley de la jungla donde todos impondremos nuestras creencias a los demás por medio de los mandatos y prohibiciones del Gobierno. Algo que ya ocurre y solo nos trae más conflictos.
[132] Derechos Humanos Para Todo Ser Viviente. Animaladas progres. Suplemento Ideas. Juan Ramón Rallo. http://goo.gl/Bbis1 19/12/2006
[133] Directiva sobre el «Bienestar de los animales durante el transporte».
[134] The Possession (El origen del mal). Director: Ole Bornedal. 2012.
[135] Ley de la C.A. de Cataluña 22/2003, de 4 de julio, de protección de los animales.
[136] Nota de prensa: En Barcelona se acabó el sacrificio de mascotas. 31/01/2003
[137] Ley de la C.A. de Cataluña 22/2003, de 4 de julio, de protección de los animales.
[138] En Alicante por ejemplo, en octubre de 2012, la Policía Local disolvió a 300 musulmanes cuando celebraban la “Aid al Adha” o Fiesta del Cordero, lo que provocó tensiones y trifulcas.
Añadir comentario
Comentarios