EL GOBIERNO ES EL PROBLEMA: Una sociedad basada en la violencia

Publicado el 26 de noviembre de 2021, 23:18

¿Hay accidentes de tráfico? Prohibamos o restrinjamos los coches.
¿Hay escasez de agua? Prohibamos su uso.
¿Hay algún accidente en una discoteca? Cerremos las discotecas.
¿Muere algún chico por consumo excesivo de alcohol? Prohibamos el alcohol o que los chicos beban.
¿Que los directivos cobran mucho? Prohibámoslo también.
¿Qué los chicos cobran poco? Pues a prohibirlo y que cobren más por ley.
Que «nos ofende» alguna campaña publicitaria. Prohibida.

       Una sociedad basada en la prohibición y sobreprotección irracional nacida de los sentimientos no parece buena solución si la llevamos a la práctica. Por ejemplo. ¿Sabe cuál es el país con más violaciones de Europa? Suecia. Y no solo es el campeón europeo, sino que es el segundo país del mundo donde hay más agresiones de este tipo. Tiene tres veces más abusos a mujeres que su país vecino Noruega y el doble que Estados Unidos y Reino Unido. ¿Tan mal están los suecos? No, es el exceso de leyes (especialmente las estúpidas) que convierten al país en una nación de pervertidos. Coja un informe de igualdad de cualquier organización, da igual cuál. Todas le dirán lo mismo y será algo así como: «Suecia tiene uno de los niveles más altos del mundo en igualdad entre sexos». Todo está regulado en lo referente a la mujer en Suecia. Y la vida sexual no es una excepción. En el país nórdico se considera violación, casi todo. Si un hombre «se liga» a una mujer y se acuesta con ella, y luego ésta afirma que iba ebria, esto se considera violación. En cambio sí lo mismo hace un hombre, no. En España constarían como violadores el 90 por ciento de los jóvenes con este tipo de mandatos. Las leyes virtuosas no hacen las personas sensatas, sino que disparan los crímenes. El Gobierno no puede meterse a hacer el bien porque es una fuente de injusticias cuando lo intenta. Aquí tenemos algunos ejemplos:

Las leyes y subvenciones a los biocombustibles para hacer un mundo más sostenible provocaron que en los países subdesarrollados hubieran miles de muertos por inanición. Al final atrajo las críticas del Banco Mundial afirmando que habían «creado una crisis alimentaria» [4] . Lo mismo afirmaron la Santa Sede [5], la popular revista The Lancet [6] y hasta el FMI [7] .

La lucha del anterior Gobierno contra el cambio climático favoreciendo el «empleo verde» consiguió que por cada empleo ecológico que se creaba, desaparecieran 2,2 puestos de trabajo que no lo eran; y cada nueva ocupación ecológica costó más de 570.000 euros a los españoles [8] .Para fomentar la cultura, el Gobierno concedió ayudas a largometrajes por valor de 34 millones de euros y algunas de las películas no las vieron ni 300 personas [9] .

Y es que si lo pensamos bien, el uso directo de la fuerza para arreglar problemas es tan pobre que solo lo usan de forma recurrente los niños pequeños, los dementes y el Gobierno. Que los políticos escriban un papel ordenando que «todo el mundo ha de ser mejor», no cambiará nuestros genes ni mente convirtiéndonos a todos en ángeles.

[4] Declaraciones de Robert Zoellick, presidente del banco Mundial en 2008 a toda la prensa internacional.

[5] Concretamente dijo que: «[los biocombustibles son] hoy como la causa primaria de un aumento de los precios sin precedentes respecto a la década pasada, así como de un rápido cambio en el uso de terrenos agrícolas sometidos a cultivos intensivos que les empobrecen». Abril 2008.

[6] Editorial de la revista en abril de 2008.

[7] Palabras de Dominique Strauss-Kahn en 2008 afirmando que el combustible ecológico es «un verdadero problema moral». 2008.

[8] Study of the effects on employment of public aid to renewable energy sources. Instituto Juan de Mariana. 2010.

[9] Resolución de 23 de noviembre de 2012, del Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales.

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