A la OSS le interesa, sobre todo, que el volframio español no llegue a Alemania. Este escasísimo elemento, que ha alcanzado precios desmedidos en el mercado negro internacional, proporciona el toque final de dureza a la aleación de los aceros alemanes. Los servicios controlan todos los camiones cargados con ese mineral que pasan a Francia. También en el país vecino se establece la red vasca, que funciona cada vez con mayor eficacia hasta la liberación, con un correo semanal para Londres a través de España. Hay flecos de la red que colaboran en las operaciones de evasión aliadas y consiguen rescatar, evacuar y poner a salvo a varios centenares de pilotos derribados. Estos antifascistas sufren la terrible represión de los nazis.
«Hubo algunas historias muy curiosas», continúa relatando Arzalluz. 13
Me contó Jesús Intxausti, «Uzturre», 14 que también estuvo en los «Servicios», que una vez recibieron orden de enterarse del paradero y de la vida y milagros de Léon Degrelle, aquel belga nazi al que Franco dio cobijo.
Los Servicios se movieron rápidamente y descubrieron que Degrelle vivía en Madrid y que tenía una amante que era marquesa, condesa o no sé qué, que poseía una finca en Extremadura. Localizaron al chófer, investigaron qué gente vivía en los alrededores de la finca... Al cabo de un cierto tiempo comunicaron a París: «Lo tenemos localizado. Si quieren, lo atrapamos y se lo entregamos en Hendaya». Habían estudiado cómo secuestrarlo y llevarlo fuera. Pero recibieron un mensaje urgente en el que les decían que lo dejaran, ¡que los belgas no lo querían! Se ve que las autoridades belgas temían lo que ese tipejo pudiera sacar a relucir.
Los servicios vascos cumplen con mucha eficacia los encargos de los norteamericanos. La mayor parte de ellos están relacionados con el seguimiento de los comunistas españoles, en el exterior y el interior. Sólo el PCE y los vascos disponen de redes seguras para pasar clandestinamente la frontera. Los hombres del PNV son buenos conocedores del Pirineo. Incluso los socialistas recurren a ellos para introducir documentos y dinero en España. En un determinado momento se produce una ruptura entre los nacionalistas del interior y los servicios, cuando Ajuriaguerra, harto, dice que su misión política no consiste en vigilar a los comunistas, que para conseguir la libertad de Euskadi hay que luchar contra Franco. Los miembros de los servicios son anticomunistas convencidos. Incluso tiene un enfrentamiento fuerte con el lehendakari Aguirre. A partir de esa ruptura, los servicios actúan completamente al margen de la disciplina del partido. «Juan Ajuriaguerra me contó que un día de invierno le citaron en una esquina del barrio de Carabanchel o de Usera, en Madrid, y que le quisieron dar un maletín con dinero», relata Arzalluz. «Era el finiquito y no lo aceptó. Me dijo: «Bueno, luego lo aceptó Aguirre".»
En 1942, Aguirre es profesor en la Universidad de Columbia y cada vez más fiel al Departamento de Estado. Propone a los norteamericanos que se constituya una Confederación Ibérica, compuesta por España, Portugal, Euskadi, Cataluña, Galicia y las colonias africanas, alineada en la órbita norteamericana.
Y defiende para Latinoamérica un «panamericanismo democrático», de acuerdo con las consignas de la OSS. Bien preparado para su misión por los servicios de inteligencia norteamericanos, en 1942 realiza dos viajes por Latinoamérica en los que se entrevista con los presidentes de México, Perú, Chile, Colombia y Cuba y con dirigentes de otros países de la zona. José Antonio Aguirre va creando las bases de lo que luego será la democracia cristiana europea al final de la Segunda Guerra Mundial. 15
13 Xabier Arzalluz, Así fue.
14 El militante nacionalista Jesús Intxausti Urkiza, «Uzturre», forma parte de la red de espionaje del PNV que Aguirre y Pepe Mitxelena ponen a disposición de los gobiernos de Washington y Londres. Fallece en 1993.
15 Mario Salegui. Prólogo de Expediente vasco: CIA y FBI en Euskal Herria, Txalaparta, Tafalla, 2003.
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