LA HORA DEL DESPERTAR DEL LEÓN: ¿Y ahora qué?

Publicado el 2 de diciembre de 2021, 19:29

¿Y ahora qué?

Mi vida adulta había terminado, tal y como estaba prevista. Me habían despedido de un trabajo y no tenía ningún ingreso, pero me sentía liberado. Trabajar en los desalmados medios de comunicación se había convertido en una verdadera pesadilla, y ahora era libre. Durante los siguientes años pude sobrevivir económicamente porque vivía muy por debajo de mis ingresos de la televisión y tenía suficiente dinero en el banco para mantener a flote a mi familia: el justo. Era una época en la que confiar en la corriente de la vida suponía un gran desafío, puesto que todo lo que había conseguido tras muchos años de esfuerzo ahora se estaba desmoronando. Y pronto la situación se pondría mucho peor. Simbólicamente, había saltado de un acantilado y estaba a punto de descubrir que podía volar. Durante mucho tiempo no me lo pareció, pero al final me di cuenta de que sí podía; en realidad todos podemos. Linda y mis hijos estaban, por supuesto, mucho más confundidos que yo. Por lo menos yo había experimentado directamente aquellas extrañas ocurrencias; ellos sólo sabían lo que les había explicado.

De pronto, su marido y su padre, una cara conocida durante una década en la televisión nacional, estaba sin trabajo, hablando sobre situaciones e ideas insólitas, y pronto lo ridiculizarían públicamente hasta un punto que rara vez se ha visto en toda la historia mediática de Gran Bretaña. El hecho de que me apoyaran y no vacilaran ni un instante, al margen de lo que ocurriera, fue uno de los factores más importantes gracias a los cuales fui capaz de sobrevivir a lo que estaba a punto de suceder. Estaban conmigo porque así es como debía ser, igual que yo estoy a su lado. Lo mismo cabe decir de todos, pese a que sus relaciones sean «buenas» o «malas», y aunque no lo parezca desde la perspectiva de la Mente. Las personas no aparecen en nuestra vida por casualidad, especialmente nuestra familia. Una vez más, si tienes problemas con tu familia, debes preguntarte por qué y qué es lo que dice eso de ti. Quizás es porque necesitas un cambio o porque debes desprenderte de los ilusorios vínculos sanguíneos con tu familia y darte cuenta de que la verdadera conexión entre nosotros es a través de la Consciencia. Desde esta perspectiva, uno puede tener más cosas en común y sentir más conexión con alguien que ha conocido hace diez minutos que con la familia con la que ha vivido toda su vida. Incluso los estrechos vínculos familiares son a través de la Consciencia, no de la sangre, lo cual es sólo una ilusión de la Mente. Mi único deseo era seguir el curso cambiante de mi vida. A pesar de lo extraño que era, había una fuerza en mi interior que sabía que ése era el camino que debía seguir. Durante los últimos meses de 1990 escribí mi primer libro sobre estos acontecimientos, titulado Truth Vibrations. El título hace referencia al cambio vibracional que, según me dijeron, iba a suceder a fin de despertar a la humanidad de su estado comatoso y levantar el velo que oculta las mentiras y los engaños sobre la «vida» en el planeta Tierra. Tal y como me habían dicho, todo lo que había permanecido oculto y en secreto sería revelado. Dos décadas después, eso es precisamente lo que está ocurriendo en todo el mundo. Cuando el libro fue a la imprenta justo antes de la Navidad de 1990, los hechos empezaron a trasformar mi sentido de la conciencia y cambiaron casi todos mis pensamientos y creencias. De pronto, tuve un deseo imperioso de ir a Perú. Entonces ignoraba de dónde venía esa idea, pero ahora sí lo sé: de la Consciencia, la Voz Silenciosa que habla a través del «saber» y la intuición. No sabía nada de Perú y, hasta ese momento, nunca había pensado acerca del lugar. En ese mismo período no dejaba de ver el nombre de «Perú» en todas partes: en libros, en periódicos, en escaparates de agencias de viajes... Conocí a otra médium que me dijo sin que yo le hubiera dicho nada: «¿Has pensado alguna vez en ir a Perú?». Me dijo que algún día yo iría y «bebería de las aguas sagradas». Recordé este comentario cuando, unas semanas después, me vi bebiendo agua del río Urubamba, el «río sagrado» que atraviesa el valle Sagrado de los incas y pasa por la antigua ciudad «perdida» de Machu Picchu. Todo lo que hice después
de aquellas primeras comunicaciones a través de la médium estaba determinado por la intuición. No sabía por qué iba a ir a Perú, sólo sabía que había algún motivo. Mi cabeza, mi «lógica», me decía que no debía gastar dinero del que no disponía para un viaje tan caro, pero por entonces mi «cabeza» ya no podía competir con mi «corazón».

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