LA CIA EN ESPAÑA: España, portaaviones de los yanquis

Publicado el 2 de diciembre de 2021, 21:51

El propio Franco realiza unas declaraciones al corresponsal diplomático de Newsweek, la revista oficiosa de la CIA, el 22 de noviembre de 1948, que levantan una gran polvareda en el exterior. En ellas afirma que, de no haber sido por la intromisión británica, se habría llegado a un acuerdo con Estados Unidos hace tiempo. Insiste en que resulta imposible mantenerse neutral en esos tiempos y se muestra dispuesto a liberalizar el país, en la medida «compatible con la seguridad y el bienestar». «Es cierto que nuestros obreros no pueden ir a la huelga, pero simultáneamente el gobierno trata de darles incluso más ventajas de las que recibirían vía huelgas.» 6

Las consideraciones que el activo Paul Culbertson transmite a sus superiores encuentran eco en las palabras que el senador Gurney pronuncia tras la visita de una misión militar norteamericana a España: «Todos los que se resisten al comunismo deben comprender el interés por hacer entrar a España en el seno de las Naciones Unidas». Una creciente corriente de simpatía hacia el régimen franquista comienza a recorrer desde ese momento los medios financieros, políticos y militares norteamericanos.

El siguiente paso de Culbertson es la recomendación a su Gobierno de que se ofrezcan a España créditos similares a los habilitados por Estados Unidos para otorgárselos a otros países europeos. La respuesta del secretario de Estado Dean Acheson es inmediata: España los puede pedir. El mismo Truman puntualiza que el hecho de que España no se beneficie del Plan Marshall no implica que le estén vedados los créditos de los bancos norteamericanos. A continuación, el Chase National Bank concede un crédito de 25 millones de dólares para la adquisición de alimentos, dado que una de las condiciones impuestas es que los créditos se utilicen para «fines específicos que contribuyan a la rehabilitación económica de España». Los norteamericanos añaden a esta disposición también otras directrices económicas, como la devaluación de la peseta hacia un tipo más realista de cambio con el dólar, mayores facilidades para la penetración del capital extranjero en España y el recorte de las funciones del Instituto Nacional de Industria.

El 3 de septiembre de 1949, el almirante Michael Connelly, comandante en jefe de las fuerzas navales norteamericanas en el Atlántico Oriental y el Mediterráneo, se entrevista con Franco, y en el otoño de ese mismo año, el senador McCarran, miembro relevante del «lobby español» en Estados Unidos, también visita España. En enero de 1950, Dean Acheson declara que está dispuesto a defender ante las Naciones Unidas el regreso a España de los embajadores retirados en 1946. En una carta enviada a Tom Connally, presidente del Comité Senatorial de Relaciones Exteriores, Acheson expone:

Estados Unidos ha cuestionado durante largo tiempo la sabiduría y la eficacia de las acciones recomendadas por la resolución de 1946 ... Retrospectivamente, está claro que tal acción no sólo fracasó en su objetivo, sino que sirvió para fortalecer la posición del Régimen actual... En ningún sentido significa nuestro voto la aprobación al Régimen de España. 7

Desde un punto de vista militar, España es imprescindible para la defensa occidental, y así se lo hace saber a la Casa Blanca, el 8 de mayo de 1950, el almirante Connelly en una comunicación secreta:

El Estado Mayor Conjunto recomienda que, con respecto a España, Estados Unidos presione para la aceptación por parte del Reino Unido y Francia de los objetivos de la política de EE.UU. También recomienda vehementemente que el Departamento de Estado lleve a cabo acciones sin demora para asegurar a EE.UU. y a sus aliados accesibilidad militar y cooperación con España, bien bilateralmente o bien a través de la aceptación por parte de esa nación como firmante del tratado del Atlántico Norte o del tratado de la Unión Occidental. El Estado Mayor Conjunto cree firmemente que debe encontrarse alguna forma para solucionar las objeciones políticas del Reino Unido y Francia a la mejora de las relaciones con España, en particular, dado que la mayoría de las naciones europeas afectadas están de acuerdo en la importancia de los puntos de vista de seguridad y estratégicos de España. 8

 

6 Citado por Ángel Viñas en su libro Los pactos secretos de Franco con Estados Unidos, Grijalbo, Barcelona, 1981.
7 Citado por Eduardo Chamorro e Ignacio Fontes, Las bases norteamericanas en España, Euros, Barcelona, 1976.

8 Citado por Eduardo Martín de Pozuelo en el artículo «España, la fortaleza imprescindible», La Vanguardia, 25 de julio de 2005.

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