EL GOBIERNO ES EL PROBLEMA: Los impuestos son un robo

Publicado el 8 de diciembre de 2021, 22:53

Piense en la moralidad de los impuestos. No son un acto voluntario. Usted paga porque le amenazan. De hecho, si los impuestos fuesen voluntarios nadie los pagaría. ¿Y qué ocurre cuando usted intenta evitar este tipo de extorsión? Si se niega a pagar los tributos, el Gobierno le enviará cartas amenazándole. Qué chocante: ¡le amenazan por el bien común, es decir, por
su bien! Si desoye las cartas, le embargarán la cuenta donde tenga el dinero. Si no recuperan todo el dinero que le exigen, enviarán a agentes armados a su casa para confíscarle; y si se defiende de tal robo y ataque personal le juzgarán por oponerse a las fuerzas del orden y le encarcelarán. Más aún, toda la prensa dirá que era un loco por haberse defendido y un egoísta codicioso por no pagar al Gobierno. Si se fija en el proceso no hay mucha diferencia con lo que hace la organización terrorista ETA con su «impuesto revolucionario». La diferencia está en que no tiene tantos medios y no puede embargarle la cuenta o recurrir a una justicia que ella misma ha creado; simplemente le envía la carta que ha de pagar y si no le paga atenta contra su vida o libertad.

Las cosas en el libre mercado no van así. Usted paga si quiere, y si no, se va a la competencia o no consume. Si va al quiosco a compra una revista, usted intercambia su precioso dinero por el producto que quiere adquirir. Es un intercambio voluntario donde las dos partes ganan, el quiosquero y usted. No se producen detenidos, ni heridos, ni hay coacción en ese proceso; es más, se crea riqueza.

Aún siendo los impuestos un robo muchos consideran que son necesarios, esto es, un mal menor. También podríamos decir lo mismo del carterista que
roba para poder comer, pero eso no legitima el robo. El robo no es legítimo para nadie y una organización que se mantiene a través de la usurpación y latrocinio no puede ser honrada, ni humanitaria, ni sensata, ni prudente. Automáticamente se transforma en una organización criminal por más que lo haga todo por nuestro bien. Como dijera el jurista americano Lysander
Spooner:

"El Gobierno como un asaltador de caminos dice al hombre: la bolsa o la vida. Y la mayoría, si no todos los impuestos, son pagados bajo la amenaza de esa coacción.

Pero el asaltador de caminos toma sobre si la responsabilidad, peligro y delito de su propio acto. No pretende tener ningún derecho sobre tu dinero, […] ni tiene la impudicia suficiente de profesar que es un mero protector ni que toma el dinero de los hombres contra su voluntad simplemente para protegerles […] El asaltador de caminos, una vez que te ha quitado el dinero te deja en paz y no persiste en seguirte […] ni asumir que es tu soberano por derecho […] o protegerte» [32] .

Y es que muchos autores ya vieron el origen criminal del Gobierno. Reflexione sobre la siguiente cita de San Agustín:

«Las asambleas de bandidos son como imperios pequeños; pues se trata de una tropa de hombres, gobernados por un jefe, unidos por una especie de alianza, y que se reparten entre ellos el botín según lo han convenido. Si se da el caso de que una compañía de esta especie crece y cuenta con los suficientes hombres perversos para apoderarse de lugares donde asentar su poderío, y de que a continuación tomen villas y subyuguen pueblos, entonces se les aplica el nombre de Estado» [33]

No podemos pensar que existe el buen Gobierno cuando en todo el mundo, en todas las épocas y en todos los lugares se ha financiado mediante el latrocinio. Todos sus ingresos provienen del robo de los impuestos o de la estafa de la deuda.

[32] The Lysander Spooner Reader. Fox & Wilkes. 1992.

[33] La Ciudad de Dios. San Agustín. TRANSCRIPT solutions. 2011

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