Pero, tampoco los responsables militares de EEUU consideraban verosímil la intervención soviética. Así se desprende del debate entre el Departamento de Estado y los Jefes de Estado Mayor. El primero proponía que EEUU se adhiriera a la doctrina proclamada por Uruguay: intervenir en el marco de las Naciones Unidas en caso de que "la violación de los derechos fundamentales por un gobierno de fuerza, y el incumplimiento de sus obligaciones por tal gobierno, autorizarán una modificación del principio de no interferencia". Los Jefes de Estado Mayor se opusieron. ¿Por qué?: "Esa postura está aparentemente dirigida contra Argentina. Seis países latinoamericanos han manifestado su desacuerdo. Si el pueblo argentino, abstracción hecha de su gobierno actual de tipo fascista, se sintiera profundamente contrariado por nuestros esfuerzos para exigir esa política, el logro de una verdadera solidaridad hemisférica puede estar seriamente en peligro. Esa solidaridad es tan esencial para la seguridad última de EEUU que no debemos adoptar una postura rígida e intransigente a este respecto".
La Strategic Policy Section del War Department también se opuso: "Si se pusiera en práctica sentaría un precedente extremadamente peligroso para las relaciones internacionales en Europa y Asia. Por ejemplo, podría dar una dimensión de legalidad a la intervención soviética en Irán o a posibles acciones futuras en relación con Turquía".
El 21 de febrero de 1946 los Joint Chief of Staff insistieron. Fusionaron los supuestos de la estrategia tradicional británica hacia Eurasia con los de la "doctrina Monroe" hacia América Latina: " La seguridad última de los EEUU se ha convertido en más dependiente que antes del mantenimiento de la unidad estratégica del Hemisferio Occidental porque ahora un solo país está en una posición dominante en el continente euroasiático (...) El Hemisferio Occidental es una entidad militar diferenciada, la integridad de la cual es un postulado fundamental de nuestra propia seguridad en caso de otra guerra".
Faltaba eliminar toda oposición a la nueva guerra dentro de EEUU. Para neutralizar los núcleos sindicales y políticos de izquierda, el 12 de marzo de 1946 los servicios de información militar recomendaban: "1. Un plan de seguridad -un año después eran promulgadas la Loyalty Order y la Taft-Hartley Act; en 1950 lo fue la Internal Security Act; 2. Lanzar una campaña de orientación psicológica; 3. Unificar el mando militar; 4. "Necesidad de elaborar de inmediato planes de guerra para acciones contra Rusia" -ese mes se creó el subcomité State-War-Navy for USSR problems; 5. Programar el uso de armas atómicas "con el menor preaviso posible", ampliar la producción de armas bacteriológicas y atómicas; 6. Removilizar la industria de investigación bélica, "elaborar planes ultra-secretos para organizar y emplear a antiguos soldados de Alemania y Japón como fuerza auxiliares"; 7. Reactivar la planificación combinada con los jefes de Estado Mayor británicos; 8. Activar la recién creada CIA para intervenir activamente en otros países; 9. Dar prioridad a los objetivos militares en la política exterior del gobierno de EEUU en la América hispana y Canadá; 10. Activar la mayoría de los votos occidentales en la ONU para, a través de ésta, "movilizar a una porción considerable de la opinión pública mundial" contra la URSS; 11. "Políticas positivas y dinámicas" hacia países escandinavos y China; en la Europa latina -Francia, Italia y España- "debe tomarse una acción positiva de apoyo real y efectivo a los gobiernos democráticos responsables. A menos que se tome pronto, los tres pueden hacerse comunistas en un próximo futuro, puede ser demasiado tarde (...). Tenemos bastantes recursos económicos. Lo que se requiere es conciencia pública de la urgente necesidad de usar esos recursos (...). Debemos retirar la asistencia a los países controlados por los soviéticos (...) dar todo apoyo político, económico y militar al Reino Unido y a las comunicaciones esenciales de la Commonwealth británica".
Añadir comentario
Comentarios