LOS SERVICIOS SECRETOS EN ESPAÑA 1936-1995: Capítulo IV. La Guerra Sucia contra el Movimiento Libertario Español.

Publicado el 12 de diciembre de 2021, 15:47

El primer período de la transición, 1975-1982.

Contra el Movimiento Libertario el régimen de la Monarquía postfranquista actuaría con un ensañamiento especial. El que históricamente el M.L. hubiera tenido como objetivo la eliminación de Franco y se hubiera destacado por ser la organización que durante más tiempo mantuvo los acuerdos de enfrentamiento armado contra la dictadura solo se pagaba con la destrucción masiva de esas Organizaciones y la eliminación de sus responsables. El régimen no perdonaba, ni con el dictador enterrado bajo toneladas de granito. Los actos de provocación encomendados por los servicios de información a los grupúsculos ultraderechistas y sus elementos "incontrolados" estaban encaminados a provocar un clima de terror en la mayoría de las ciudades españolas. Los servicios de información no dudarían en organizar falsos grupos izquierdistas que serían los responsables de asumir los actos de los incontrolados. Se llegaría a acusar a los medios anarquistas del intento de secuestro del ministro de Justicia Landelino Lavilla.

Los métodos utilizados por el aparato represivo postfranquista, para desprestigiar al Movimiento Libertario, estaban encuadrados en la estrategia de guerra sucia y terrorismo directo con que los aparatos de información de la monarquía franquista enfrentaban la lucha contra la subversión, para los militares la guerra continuaba.

El 13 de febrero de 1975 eran detenidos en Barcelona y posteriormente condenados a 3 y 5 años de prisión Luis Burro Molina, Luis Andrés Edo, David Urbano Bermúdez y Juan Ferrer Serafín, pertenecientes a la CNT y a la FIJL. Se les hacía responsables, entre otras cosas, del secuestro de Monseñor Ussía.

El 4 de abril de 1976 tras meses de preparativos y contando con el apoyo en el exterior de un comando de ETA, 29 presos políticos de ETA, FRAP y varios libertarios del MIL entre los que se encontraban Oriol Solé Sungrayes y José Luis Pons Llovet se fugaban de la cárcel de Segovia. Tras construir el túnel que les llevaría a la libertad y trasladarse con la ayuda del comando exterior hacia el Pirineo Navarro, comenzó la odisea de llegar al paso de Sorogaín, última etapa del viaje que les llevaría a Francia. Divididos en dos grupos y debido a la niebla reinante, muchos de los fugados se extraviaron y se mantuvieron los primeros enfrentamientos armados con la guardia civil que trataba de cortarles el paso. Al mediodía del día seis en un intercambio de disparos con la guardia civil de Burguete moría Oriol Solé. Contaba en esos momentos con 26 años de edad y había sido condenado a 52 años de cárcel por luchar contra la dictadura. Solamente cinco de todo el grupo de perseguidos consiguieron pasar a Francia.

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