DIEZ SÍNTESIS ADEFÉSICAS DE LA MONARQUÍA: I SÍNTESIS

Publicado el 11 de diciembre de 2021, 23:56

Con los “mass media” dirigidos por la élite económico-política, la opinión pública no es ya la opinión de los ciudadanos recogida en los medios. Detrás de las libertades de opinión y de prensa, se oculta la total ausencia de libertad de pensamiento. Los medios se limitan a propagar y amplificar la opinión de unos pocos, que debidamente sazonada es servida a la gente que la consume por sentir que “es” la suya. No es extraño que desde los “mass media” se difame sutil pero continuamente Internet. Casi todas las noticias aparecidas en televisión referidas a Internet son sucesos o episodios sobre delincuencia común que utilizan el canal para coordinarse. ¡Como si no utilizaran teléfono móvil también! La información que nos llega es controlada. El único medio no tan controlado es Internet. Un medio en el que la clave de su peculiaridad no es ya que tenga una audiencia global, mundial, algo de por sí extraordinario, la clave se encuentra en la ruptura de la relación clásica emisor-receptor en la que uno emite y muchos reciben, para constituirse en una relación de todos emiten y todos reciben. Una revolución.

Por eso este texto es un alegato a la valentía que haga de España un país donde el miedo quede excluído de la política, que desaparezca el miedo provocado por cuarenta años de intentar hacer de los españoles, España. Los ciudadanos conscientes y ansiosos de libertad podemos darnos cuenta de que no hacen falta heroicidades para cambiar el estado de la cosa política. Gestionemos el miedo de nuestros gobernantes, los partidos políticos que se adueñaron de la herencia del Estado de partido único, para dejar de actuar condicionados y de forma automática mediante la emisión del voto a listas corrompidas desde el instante de su creación. Para esto, dejemos de votar, dejemos de dejarnos atemorizar, fundemos nuestra libertad. Ejerzamos la abstención electoral activa como ruptura con este condicionamiento partidista incontrolado.

Nada debemos a los padrinos de la patria, puesto que Franco murió en la cama siendo Jefe del Estado, el heredero nombrado por él es ahora Jefe del Estado situado más allá de la ley y el poder sigue siendo uno, incontrolable e indiviso.

Grandes hombres hubieran sido los que no esperando cuarenta años, impulsados por el afán de libertad la hubieran reclamado para todos los españoles. Frente a ese poder único que permanece, hemos de reclamar el fin de este estado permanente de falsedad, nosotros los españoles, porque este dictador no morirá en la cama.

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