¡Prohibamos el alcohol!

Publicado el 15 de diciembre de 2021, 1:48

¡Prohibamos el alcohol!

 

El Nirvana sin embargo no solo ocurre en situaciones económicas, sino también en razonamientos que afectan los estilos de vida de las personas. Nos dicen que las limitaciones y prohibiciones a estilos de vida es para mejorar la sociedad, pero al cambiar conductas pacíficas mediante la herramienta de la fuerza, muchas veces se crea el efecto boomerang que repercute sobre todos. Lo veremos con un hecho histórico.

En el año 1920 entró en vigor en Estados Unidos la Ley Volstead, más conocida popularmente como «La Ley Seca» [44] . Desde hacía muchos años un sinfín de grupos de presión se quejaban de las desgracias que había causado la ingestión desmedida de alcohol entre los hombres adultos. El alcoholismo, realmente, era un problema social. Las quejas realmente no eran infundadas. Causaba muertes, pérdidas económicas, accidentes de trabajo… Al final el Gobierno aprobó la enmienda XVIII que definitivamente prohibía el alcohol. Todos los grupos de presión, muchas mujeres casadas (fueron un factor relevante para aplicar la prohibición) y los ciudadanos pensaron: «por fin ya no habrá alcoholismo». Esta es la típica estructura de falacia del Nirvana.

¿Pero qué es lo que ocurrió en realidad? El alcoholismo no desapareció, al contrario. No solo eso, sino que trajo algo peor: un grado de violencia en las ciudades no visto jamás.

La ley comprendió los periodos de entre 1920 y 1933, y como nos cuentan Luís Pintor y Ernesto Carratalá [45] , en esta época se ocasionaron 500.000 detenciones. Se establecieron penas de prisión por un periodo superior a los 33.000 años, hubo 2.000 muertos en choques entre bandas y 35.000 víctimas mortales por intoxicación etílica. Nueva York pasó de tener 15.000 bares legales a 32.000 tugurios clandestinos de mala muerte. Hubo 100.000 víctimas de ceguera y parálisis por la mala calidad del alcohol adulterado.

Surgieron las grandes mafias y gánsteres que han popularizado las películas de acción americanas. Al Capone llegó a ser el hombre más rico del mundo. Ganaba unos 100 millones de dólares al año, lo que equivaldría ahora a unos 1.300 millones de dólares por año. Los desastres fueron tan notorios que hasta algunas organizaciones que habían pedido la prohibición, después hicieron marcha atrás y abogaron por volver a legalizarlo.

En realidad, también nos enseñó a ver cómo funciona el libre mercado y
cómo sabe dar a la gente lo que quiere a pesar de las prohibiciones absurdas. En la década de los años veinte se pusieron de moda unos paquetes de zumo con las siguientes instrucciones: «Atención: el contenido de este paquete no debe ponerse en una vasija de barro, mezclado con levadura y ocho litros de agua, porque entonces se obtendría una bebida alcohólica cuya fabricación está prohibida». El brebaje arrasó.

La Ley Volstead fue la única enmienda de los Estados Unidos que se ha derogado en la historia del país. Una vez se legalizó el alcohol, el crimen desapareció y con éste todas las desgracias que había traído la ley. Incluso el Gobierno ganó mucho dinero con los impuestos que le cargó.

Se optó por una solución fácil. Y como suele ocurrir en estos casos, los desastres para imponer un mundo mejor convirtieron la sociedad en un infierno.

Concluiremos diciendo que, según la falacia del Nirvana:

 

1. No hay soluciones políticamente fáciles a problemas socialmente complejos.

2. Las prohibiciones que van contra el espíritu humano de Vida, Libertad y Propiedad, solo generan desastres sociales.

3. El uso de la lucha de clases —como penalizar a los ricos— solo generan tensión y crean un efecto boomerang que acaba pagando el resto de la sociedad.

4. No hay soluciones perfectas a situaciones colectivas porque la sociedad somos diversidad; por más que lo odie el Gobierno. Las soluciones perfectas solo son un delirio de la estupidez humana. Mientras el hombre quiera mantener su personalidad y diversidad, con el uso de la fuerza no haremos un mundo mejor. Pero no querría dar ideas porque la próxima medida sería la lobotomización.

 

[44] Según la Ley Volstead: «ninguna persona fabricará, venderá, cambiará, transportará, importará, exportará, o entregará, cualquier licor embriagador excepto los autorizados por esta ley». El alcohol quedó totalmente prohibido.

[45] Hacienda Somos (los) Tontos. Ed. La Esfera de los Libros. 2004.

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