III SÍNTESIS

Publicado el 17 de diciembre de 2021, 22:47

“¿Que para qué sirve el Rey? Pues yo creo que éste en particular (Juan Carlos I) para mucho.
Hay que mirar un poco para atrás para ver lo que este hombre ha hecho por España, la forma en que consiguió conducir la transición desde un régimen totalitario hasta el sistema democrático que tenemos hoy en día, todo ello de forma pacífica, es algo que ha tenido pocos precedentes en la historia, hasta tal punto ha servido como inspiración y modelo para muchos otros países del mundo.
Así mismo, aunque cada vez menos, en un país tan dividido como el nuestro la figura de Don Juan Carlos (y de su familia en general) es de los pocos símbolos con los que gallegos, andaluces, castellanos, valencianos, catalanes, vascos (sí, también vascos, aunque tenga que ser en silencio) nos sentimos identificados.

El hecho de que parezca que no se entera de nada, porque no hace nada, viene a reflejar hasta qué punto vivimos en un país de plena democracia. Además la actuación de don Juan Carlos consiguió parar el golpe de estado del 23-F; primero, a través de llamadas telefónicas con los principales implicados y por último, con el mensaje televisado, en que el rey ordenaba a las autoridades civiles y militares que mantuvieran el orden constitucional y la legalidad vigente, manifestando claramente que no autorizaba el golpe y evitando que los jefes militares indecisos se sumaran al mismo. La Corona aparecía como “símbolo de la permanencia y unidad de la patria”. Las palabras del rey devolvieron la alegría y la tranquilidad a los españoles. Don Juan Carlos ganó ese día la legitimidad democrática que le faltaba.”

 

 

 

Hagamos caso al instruido orador y ponente de estas ideas, y retrocedamos un poco en el tiempo para ver lo que efectivamente ha hecho el Rey por este país.

En primer lugar, nos evitó tener que atravesar el reinado de su padre, Juan de Borbón, a quien por derecho y según las reglas de sucesión en el trono de la propia Casa Real, le correspondía haber sido rey tras la muerte de Franco, siempre que los ciudadanos hubieran elegido una forma monárquica de Estado a través de un período constituyente. Algo que hubiera sido dudoso en aquél momento, ya que en 1970 la mayor parte de la población prefería una república (49,4%), frente a una monarquía (20,8%) o el sistema dictatorial de Franco (29,8%) 19 . Sin embargo, según Antonio García-Trevijano 20 , amigo personal de Juan de Borbón, éste último había prometido abrir un período constituyente y acatar la decisión de la ciudadanía. Su hijo nos “libró” de ese período constituyente y de la posibilidad de elegir nuestra forma de Estado y la de gobierno. Para su propio disfrute.

También evitó la ruptura con el régimen franquista. El que fuera recibido con abucheos en 1960 en la Facultad de Derecho de la Universidad Complutense 21 consiguió ganarse con el tiempo, gracias a su gran amistad con el Caudillo, las simpatías de los hombres de gobierno del antiguo régimen. Hasta tal punto que acabó por jurar, nueve años después (23 de Julio de 1969), los Principios del Movimiento Nacional y las Leyes Fundamentales como sucesor a título de rey del Generalísimo. En ese juramento, según recogió el diario Informaciones el 24 de Julio de 1969, Juan
Carlos declaró en su discurso: “Mi pulso no temblará para hacer cuanto fuera preciso en defensa de los principios y leyes que acabo de jurar”. Y vaya si lo hizo. El mismo diario Informaciones publicaba después: “Ya hay un Estado monárquico definido: la Monarquía del Movimiento” 22 . Curioso, Franco y los poderes de la dictadura designan a un rey para que continúe como la cabeza visible del Estado cuando desaparezca la dictadura, con el beneplácito de la mayoría de las fuerzas vivas de esa dictadura. Y ese mismo rey es el que tenemos ahora, con el beneplácito adicional de aquellos que se opusieron también al régimen, además de los que lo apoyaron, que han seguido haciendo carrera política. Además, se ha cuidado mucho de ser “perjuro”, ya que no ha jurado la Constitución 23. Realmente, ¿quién condujo a quién? ¿Juan Carlos a la Transición o la Transición a Juan Carlos? Todo estaba “atado y bien atado”.

Su forma de proceder, como cabeza visible y símbolo de la Transición, nos hizo pasar del régimen dictatorial de Franco al sistema de partidos actual, sin ningún atisbo de democracia posible, y contribuye al mantenimiento de este sistema oligárquico en el que él ha sido uno de los más beneficiados. No en balde, desde el nombramiento como rey de Juan Carlos, la familia real española ha amasado una de las mayores fortunas de Europa. Actualmente se calcula que sólo en bancos suizos tiene depositados unos “ahorrillos” que superan los 6.000 millones de las antiguas pesetas 24 . Teniendo en cuenta que oficialmente llegó al trono de España literalmente con lo puesto (el viaje de novios con Sofía fue sufragado por nobles leales a la corona 25 ), no le han ido mal los negocios en los años de “democracia”. Quienes no han salido muy bien parados han sido algunos de sus amigos más íntimos en estos negocios, como Manuel Prado (el “amiguísimo”), Javier de la Rosa o Mario Conde. A lo largo de sus años de reinado, sobre todo durante la etapa felipista del PSOE, Juan Carlos se ha visto involucrado en varios negocios dudosos, aunque los que siempre han figurado oficialmente eran sus “amigos”. Menos mal que las actuaciones prevaricadoras de Baltasar Garzón impidieron al juez Gómez de Liaño esclarecer el tema de Prisa y Sogecable, porque en aquella época hubo también una relación muy estrecha entre Su Majestad y nuestro ciudadano Kane nacional, Polanco 26. Los “amigos” del rey han estado implicados en negocios que comprenden el petróleo, el tráfico de armas, la especulación financiera y los negocios inmobiliarios, y que han acabado en escándalos como Ibercop, Expo 92, KIO, etc. 27

Por supuesto, todas estas cosas hacen que todos nos sintamos identificados con el Rey y su familia, y todo lo que representa, ¿verdad? A mí sobre todo me encanta llegar a fin de mes y comprobar lo que he conseguido ingresar en el banco con mi trabajo. Debe de ser una sensación similar a la de la familia real cuando reciben los ingresos a través de los Presupuestos Generales del Estado que pagamos entre todos a través del IRPF. Claro está que a lo mejor ellos se alegran un poco más, porque el presupuesto que tenían asignado en el 2000 era de 1.122 millones anuales (de pesetas). Y yo también me alegraría un poco más si también mi sueldo estuviera exento por ley al control del Tribunal de Cuentas, para poder disponer de él sin dar explicaciones a nadie de en qué lo gasto. Y ya puestos, pues también me gustaría tener mi propio yate. Quizá algo más barato que el Fortuna (unos 14.000 millones de pesetas), y aunque no lo pudiera poner a nombre del Patrimonio Nacional para que ese organismo corriera con los gastos de mantenimiento, me daría por satisfecho y me sentiría más identificado con la familia real.

Pero realmente, Su Majestad realiza un trabajo muy duro: aparentar “que no se entera de nada, porque no hace nada”. Y esto conlleva una gran responsabilidad sobre sus hombros, porque implica que “vivimos en un país de plena democracia”. Si el Rey hiciera algo o aparentara que se ha enterado de algo, sería un signo inequívoco de que nuestra “plena democracia” estaría en peligro. Crucemos los dedos, pues, para que permanezca por mucho tiempo en ese limbo cognitivo y laboral..., ¿no?

 

19 “Informe sociológico sobre la situación social de España”, 1970, Madrid, Fundación FOESSA. Citado en “Soberanos e Intervenidos”, 2000, Joan Garcés, Siglo Veintiuno de España Editores, S.A., pag. 170-171.

20 “Juan III”, 1993, programa de La Clave, presentado por José Luis Balbín y emitido por Antena 3.

21 “Un Rey golpe a golpe”, 2000, Patricia Sverlo, Arakatzen, S.L., pag. 74-75.

22 “Un Rey golpe a golpe”, 2000, Patricia Sverlo, Arakatzen, S.L., pag.107.

23 “25 años sin Constitución”, 2003, Joaquín Navarro Estevan, Foca, ediciones y distribuciones generales, S.L., pag. 104-105.

24 “Un Rey golpe a golpe”, 2000, Patricia Sverlo, Arakatzen, S.L., pag. 222.

25 Ibid., pag. 226.

26 “El negocio de la libertad”, 2000, Jesús Cacho, Foca, ediciones y distribuciones generales, S.L.

27 “Un Rey golpe a golpe”, 2000, Patricia Sverlo, Arakatzen, S.L., pag.221-247.

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