El canto del Grillo

Publicado el 20 de diciembre de 2021, 5:52

Joaquín Gambín Hernández, alias El Grillo, chorizo, provocador y confidente de la policía infiltrado en los medios anarquistas es seguramente uno de los personajes más siniestros producido por los servicios de información de la monarquía postfranquista y responsable en gran medida de la caótica situación en la que dejó sumida a la CNT tras el atentado del Scala.
Eran jefes directos de Gambín José Gregorio López Marín3, el inspector de policía que ficha a Gambín en Murcia para infiltrarle en el movimiento libertario; José María Escudero Tejada (Scobi), jefe del grupo antianarquista de la Brigada Central de Información de la policía, con sede en la Puerta del Sol madrileña; el comisario Manuel Gómez Sandoval, jefe de la Brigada Operativa y condecorado en junio de 1977 por el ministro del interior Martín Villa "por los servicios prestados". Francisco Alvarez, alias Paco y el Técnico. En 1978 ya estaba relacionado con las actividades criminales del Batallón Vasco Español, BVE, mantenía relaciones de amistad con el ultraderechista y miembro de los servicios de información Emilio Hellín responsable del asesinato de la estudiante Yolanda González Alvarez era el responsable de la brigada antianarquista de Barcelona, conocido por el sobrenombre de "el técnico" por la perfección con que le gustaba hacer su trabajo, después de los servicios prestados en Barcelona pasó a dirigir la Brigada Regional de Información en el País Vasco teniendo bajo sus órdenes a los policías Amedo y Domínguez.. En 1982 fue nombrado jefe de la brigada de información de Bilbao, cargo que ocupó hasta 1984, en que lo relevó Miguel Planchuelo. En 1984 Julián Sancristóbal, director general de Seguridad, se lo trae a Madrid y le nombra Jefe del Gabinete de Información y de Operaciones Especiales, posteriormente pasaría a ocupar el cargo de responsable del Mando Único de Lucha Contraterrorista, MULC. Se retiró de la actividad profesional en 1986 después de que fuera procesado por prevaricación y acusado de archivar indebidamente un atestado policial por malos tratos a un detenido, en 1994 fue detenido por orden del juez Garzón e ingresó en prisión en diciembre de ese año por su participación en la trama de los GAL; el 8 de marzo de 1995 fue puesto en libertad bajo fianza junto con Miguel Planchuelo.
Gambín era conocido en los medios libertarios desde 1959.
Miguel García García, detenido en 1949 por sus actividades clandestinas contra el régimen franquista, dentro de las accciones que el movimiento libertario llevaba a cabo contra la dictadura, actuaba junto con otros libertarios en el grupo de Quico Sabaté. Fue condenado a muerte junto con Pedro Adrover Font, el Yayo; Jorge Pons Argiles; Santiago Amir Cruañes; José Peréz Pedrero; Ginés Urrea Piña; Domingo Ibars Juaníes; Antonio Moreno Alarcón; José Corral Martín; José Iglesias Paz y Pedro Meca, entre otras cosas se les acusaba de formar parte del Comité Regional de Catalunya de la CNT. En 1952 la pena de muerte les fue conmutada por la de treinta años de reclusión a Miguel García; José Corral; Domingo Ibars y Antonio Moreno. Miguel García cumpliría veinte años de prisión en las cárceles franquistas y en el año 1972 publicaría un libro: Franco's prisioner editado por Rupert Hart-Davis Limited. En la página 111 y siguientes relata el intento de fuga de la prisión de San Miguel de los Reyes en 1959 y en la que participaban varios libertarios. Gambín, que gozaba entonces de fama de fuguista y es definido por Miguel García como ladrón profesional y homosexual, se sumó a los participantes en la fuga. Pero el día en cuestión Gambín frustra la fuga, dejándoles tirados y siendo descubiertos.

En la primavera de 1977 se intenta reconstruir la FAI, a la reunión que se celebra en un bar de Barcelona se presenta la policía y casi todos los asistentes son detenidos. Al poco tiempo se producen numerosas detenciones en Murcia de las que Gambín es el responsable, aunque es detenido, a las que siguen otras en Barcelona, Valencia y Málaga.
Gambín se presentó voluntariamente ante la policía reconociendo haber participado en un atraco a una armería y a un banco de Murcia, reivindicándolo en nombre de la FAI. Al término de la acción Gambín no solo reclamaría una parte del botín sino que, ante la negativa, acabaría robando una parte del mismo a sus compañeros.
En octubre de aquel año la sección primera de la Audiencia Nacional decretaría la libertad de J. Gambín y los detenidos de Murcia quienes no dudarían en calificar a Gambín de desgraciado.

En la resolución del auto que dictaba la libertad provisional de los encausados al aplicárseles los indultos políticos que se concedieron en esa época, los magistrados encargados de dictar la resolución no dudaron en asegurar que "Joaquín Gambín Hernández, de profesión zapatero, era merecedor del indulto por ser miembro de la Federación Anarquista Ibérica y haber actuado como tal en acciones en Murcia, Barcelona y Santa Coloma de Gramanet"4.
Como se desprende de toda la sucia historia de este elemento no era desconocida su trayectoria dentro del movimiento libertario.
El Comité Regional de Cataluña y el Comité Nacional de la CNT, entonces en Madrid, redactaron en 1977 un comunicado de apoyo a Gambín. Meses más tarde, en Murcia, la CNT local decidió otorgarle el carné sindical pese a la oposición de sus más destacados militantes. El abogado de la CNT murciana en esas fechas Emilio Botía aseguraba "que en Madrid se conservan copia de esos documentos"5.
Poco después recalaba en Barcelona para continuar su labor de provocador en los ambientes libertarios. Al poco tiempo el Scala ardía como una tea, cuatro trabajadores perecerían entre las llamas.
Después del "trabajo" del caso Scala y encontrándose Gambín en búsqueda y captura por sus responsabilidades, sus jefes le ordenan que cree un grupo armado anarquista y así acabar de dar la puntilla a la CNT volcada en desmontar el montaje policial e informativo del caso Scala.
Gambín, junto con varios militantes libertarios y otros que no lo eran, crean el ERAT (Ejército Revolucionario de Apoyo a los Trabajadores), nada más oír el nombre cualquiera puede darse cuenta que poco tiene que ver con el Movimiento Libertario, la repulsa a cualquier ejército es manifiesta en cualquier libertario, incluso al sustantivo. Los que colaboraron con Gambín en este montaje desconocían totalmente las actividades de este como agente infiltrado.

Gambín recibe la orden de colocar una pistola en el domicilio de Gabriel Botifoll y este es posteriormente detenido por la policía. El ERAT sería desarticulado pero el agente Gambín había salido quemado de esta última operación. Todos los locales de la CNT en España se llenaron de carteles con su fotografía donde se le denunciaba como agente provocador de la policía. Este último montaje destruiría el potente sindicato del metal de Barcelona.
Sus superiores y en especial Manuel Gómez Sandoval, jefe de Escudero, recomiendan a Gambín que se vaya a Benicasím y se ponga a trabajar con los hermanos Perret, Gilbert y Clement relacionados con la OAS, vinculados al Batallón Vasco Español, BVE, a los GAL y dueños de un bingo y varios restaurantes en Castellón. En el período estival actuaban de anfitriones del comisario Manuel Ballesteros. Gilbert moriría más tarde en un atentado de ETA el 16 de agosto de 1985.
De sus relaciones laborales en esa época saldría malparado, ya que su liquidación le fue abonada en dinero falsificado. Más tarde es detenido en varias ocasiones pero sale inmediatamente en libertad gracias al buen hacer de sus jefes: Escudero, entonces destinado en la Brigada de delitos Monetarios, y Sandoval que continuará en la Brigada Central de Información, eran los años 1981-1983.
El tres de diciembre de 1981 fue detenido al intentar atracar un banco en Valencia resultando herido en el tiroteo, en el momento de su detención Gambín portaba 4 pistolas, hecho por el que nunca estuvo en prisión. En 1986 una noticia del diario El País revelaba: "Gambín, condenado por el caso Scala, regresa a la cárcel para rehabilitarse". Dijo que volvía a la cárcel al enterarse por el periódico que tenía varias causas pendientes. Gambín tenía en esos momentos 57 años de edad.

 

3 Licenciado en Derecho y número dos de su promoción, perteneció a la Brigada Político-social y estuvo especializado en la represión contra el movimiento sindical, más tarde se haría cargo del grupo de estupefacientes en Murcia.

4 El País, 17 de noviembre de 1983.

5 El País, 21 de noviembre de 1983.

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