Las comunidades voluntarias / La «Ciudad Modelo» de Honduras

Publicado el 24 de diciembre de 2021, 23:29

Hay más desafíos para nuestro amigo Hobbes. Las llamadas Homeowner Association (HOA) que en España sería equivalente a las urbanizaciones. A diferencia de lo que ocurre aquí, en Estados Unidos son totalmente privadas. Y cuando digo privadas me refiero a que los vecinos son los soberanos. No hay policía pública, ni escuelas del Gobierno, ni bomberos… Papá Estado no está. Todo lo gestiona la comunidad sin necesidad de que los políticos metan su nariz en sus vidas. Tienen complejos comerciales, colegios privados, piscinas comunales, seguridad todo el día y noche…

Una de las comunidades más «famosas” (por un libro que se hizo), es Anthem, en Arizona. Tiene una población de casi 22.000 personas. Su ritmo de crecimiento en población es similar a los de los Estados Unidos. Solo un 4 por ciento de población es del lugar. Mayoritariamente hay blancos, aunque también se pueden ver negros, hispanos e indios en sus calles. Tienen un Wal-Mart, outlets, peluquerías, colegios, tiendas de moda, parques, zonas con wi-fi gratis… La comunidad se administra mediante lo que se llama una organización paraguas, que establece los planes y las políticas de la comunidad y gestiona “los bienes públicos».

Unos periodistas de The Economist [52] se fueron en una ocasión a una de estas comunidades y preguntaron a una madre por qué se había instalado ahí. A lo que la señora respondió: «porque es un sitio seguro, hay actividades, porque… bueno, porque es como nosotros». Y efectivamente, esa es una de las ventajas de estas HOA. El Gobierno no te dice dónde has de educar a tu hijo, lo llevas tú al colegio que quieres y es una ciudad entera donde todo el mundo comparte un estilo de vida similar, lo que impulsa el civismo y toman cada una de las calles como propias.

Pensará que esto debe ser cosas de cuatro pijos. Hay todo tipo de HOA. Las hay de gays, algunas donde solo hay negros, incluso de jubilados (más populares en Florida). Y en estas organizaciones no hay políticos que llamen a la lucha de clases, pretendan conseguir votos aumentando las pensiones, quieran imponer más impuestos a los vecinos ni ningún estorbo de estos. Viven todo pacíficamente y en armonía.

 

La «Ciudad Modelo» de Honduras

 

En septiembre de 2012 hubo una curiosa iniciativa en Honduras. El presidente de la Comisión para la Promoción de la Alianza Público-Privada hizo una propuesta: crear ciudades privadas para «convertir a Honduras en un motor de riqueza”. Es lo que popularmente llamaron «Ciudad Modelo». Estas ciudades privadas son un territorio con sus propias leyes, su propio sistema tributario, su política de inmigración y su policía. Es como un pequeño país (privado) dentro de otro. Para Juan Orlando Hernández, presidente del Congreso, con esta iniciativa esperan que «para 2013 podamos tener al menos 13.000 nuevos empleos; 30.000 para el año 2014 y 45.000 para 2015».

Y eso no es todo. Uno de los encargados de traer capital extranjero fue la empresa europea MKG Group que según sus cálculos crearían de forma inmediata 5.000 puestos de trabajo y 200.000 más con el proyecto de crear dos ciudades adicionales. Según Michael Strong, CEO de MKG Group, en declaraciones a Fox News: “el objetivo es ser el territorio más libre de la Tierra… [para] empezar a hacer funcionar la máquina de hacer empleos».

Es curioso ver cómo los políticos admiten su incapacidad para crear riqueza y apelen a estas medidas antes de arruinarse. Hemos de recordar que la situación de Honduras es crítica. Tiene una de las tasas de criminalidad más altas del mundo debido a la Guerra Contra Las Drogas, con 92 asesinatos por cada 100.000 habitantes según Naciones Unidas. Sus ciudadanos no superan de ingreso medio los 4.400 dólares y la economía del país no va mucho allá de exportar plátanos y café.

Evidentemente, la idea de este modelo de ciudades no fue un invento de los burócratas hondureños, sino de un economista llamado Paul Romer que diseñó lo que llamaría Charter Cities (ciudades estatuto) para el desarrollo de los países del tercer mundo. Los políticos hondureños modificaron la idea del economista para hacer este nuevo sistema privado de ciudad.

La Ciudad Modelo, sin embargo, tuvo problemas por los dinosaurios de siempre. Una vez ya parecía que iba a tener financiación extranjera, la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema declaró las ciudades inconstitucionales. No se sabe si en el futuro se podría retomar el proyecto, pero sí que es verdad que muchos gobiernos ya ven que el actual sistema no funciona muy bien. A propósito, saben qué dijo el Supremo:

«[las ciudades privadas] cercenan el territorio y violentan la soberanía pues el pueblo, único soberano, dejará de ejercer su autoridad en tal circunscripción».

Uh, qué miedo… El Poder aborrece la competencia y la libertad individual disfrazando siempre sus intereses en nombre «del bien de todos».
Así, hemos visto que:

1. La necesidad de un Gobierno Omnipotente para el sano funcionamiento de una sociedad que se basa en la utopía, la ficción y la tradición de ir manteniendo el statu quo.

3.  El Poder del Gobierno corrompe, no por la bondad o maldad de las personas, sino porque éstas se guía por incentivos.

4. Si damos más derechos a unos hombres que a otros, la injusticia y el caos será inevitable. Cuanto menos Gobierno, una sociedad más sana tendremos.

5. Y muy especialmente: Hobbes y toda su tradición estaban equivocados. Recuérdelo bien cuando lea algún libro de historia de las ideas.

Como decía al principio del capítulo con la cita del filósofo Hoppe, cuánto más seguridad, de cualquier tipo, reclamemos al Gobierno, más indefensos estaremos.

 

[52] Una Nación Conservadora. John Micklethwait y Adrian Wooldridge. Ed. Debate.

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