A mediados de 1990 empecé a vislumbrar otro nivel de comprensión en la sincronización de mi vida, que conectaba poderosamente con la información previa sobre el significado de la tierra llamada Mesopotamia y las consecuencias del «Gran Diluvio». Empecé a descubrir que ciertos linajes se habían engendrado en el mundo antediluviano, y también posteriormente, cuando la Tierra se recuperó. Actualmente controlan las sociedades de todo el mundo. Su objetivo es controlar todo y a todos, hasta el más mínimo detalle, en un estado mundial como el «Gran Hermano» de Orwell. Mira a tu alrededor: está ocurriendo con mucha rapidez. Cuando empecé a escribir sobre este plan para una dictadura mundial, la mayoría de las personas lo encontraron hilarante; sin embargo, las carcajadas están disminuyendo rápidamente ahora que lo que explicaba se ha convertido en una situación cotidiana desde 1993. Los medios de comunicación de la Mente todavía se burlan de lo que digo, incluso a pesar de que en sus periódicos informan acerca del rápido progreso del estado del Gran Hermano. ¿Qué puede uno decir? Los linajes «selectos» se engendraron en todas las regiones del mundo antes de las catástrofes y volvieron a brotar más adelante, especialmente en aquellas civilizaciones avanzadas que empezaron a surgir en lugares como América Central y del Sur, Egipto, el valle del Indo, China y Sumeria. Todos son importantes para el mundo actual, pero aquellos linajes que se originaron en Sumeria-Mesopotamia, en el actual Iraq, al parecer tienen especial importancia respecto al rumbo que ha tomado la humanidad en los últimos seis mil años. Las fuerzas que estaban detrás de la invasión de Iraq en el 2003 fueron estos mismos linajes, y a pesar de que hay muchos motivos para esta atrocidad colectiva —petróleo, conquista, control de Oriente Medio y demás- esta tierra tiene una importancia fundamental para los linajes por motivos históricos y de otro tipo. También aprovecharon la oportunidad para asaltar los museos iraquíes y robar artefactos irreemplazables y de inestimable valor de las antiguas sociedades de Mesopotamia, entre ellos las tablillas de Sumeria, y los han acaparado para sí mismos con el fin de evitar que alguien pudiera leer su verdadero significado y desacreditar la falsa «historia» oficial que han impuesto a la población. Más adelante me ocuparé de explicar el origen de estos linajes y por qué se creen «especiales», pero quiero mantener la secuencia en el mismo orden que me dieron a mí. Por ahora me referiré a ellos con el nombre de «élite» o «linajes», pero tienen un particular origen genético que los hace diferentes de la población humana.
Figura 24. El linaje y los pueblos de Sumeria, Babilonia y Egipto se dieron a conocer por nombres muy variados a medida que emigraron de Mesopotamia y de Oriente Medio durante miles de años.
Los linajes de esta «élite» se convirtieron en los líderes de las antiguas sociedades, en los reyes, las reinas y los emperadores que reclamaron su derecho a gobernar ¿por qué motivo? Por su linaje. ¿Te has preguntado alguna vez por qué las familias reales y aristocráticas están tan obsesionadas por reproducirse entre sí, o por qué también lo están muchas veces las familias que controlan los gobiernos, la banca, las empresas y los medios de comunicación? Es para conservar un código genético que es distinto al del resto de la población. El linaje se puede debilitar muy rápido si se reproduce con otros. Todavía hoy seguimos teniendo reyes y reinas que se califican de líderes del estado a causa de su linaje, por ejemplo la familia de la casa de Windsor en Gran Bretaña (que en realidad es la casa alemana de Sajonia- Coburgo-Gotha). La reina Isabel II sólo está sentada en el Palacio de Buckingham por su ascendencia familiar, lo cual hace que la monarquía sea la institución más racista del planeta. En Gran Bretaña uno sólo puede ser presidente del Estado si es blanco (en efecto), viene de un linaje y practica (por lo menos oficialmente) el cristianismo protestante. Y todo esto ocurre en un país que constantemente está aprobando nuevas leyes para erradicar la supuesta discriminación racial y religiosa. Es una contradicción, lo sé, pero es cierto. En una ocasión visité la página web de la Comisión Británica para la Igualdad Racial (ahora tiene un nombre distinto), cuya función supuestamente es enjuiciar casos de discriminación racial, inclusive los que tienen que ver con el empleo y las solicitudes de empleo. Pedían a las personas que les proporcionaran ejemplos de discriminación racial para que pudieran investigarlos, y yo expliqué el caso de la reina y la monarquía y le pregunté al director de la Comisión, a Trevor Phillips, por qué había aceptado un honor, una Orden del Imperio Británico, de una institución tan descaradamente racista. Lo único que recibí fue una carta banal de un abogado de la Comisión que no abordó la cuestión y, por supuesto, la Comisión decidió no investigar.
A lo largo de toda la historia los linajes se han regido por una ley y todos los demás nos hemos regido por otra. El Imperio sumerio se convirtió en el Imperio babilónico, y el término «imperio» siguió a los linajes selectos de Mesopotamia allá donde se asentaron. Alrededor del 3000 a. C. empezaron a recorrer grandes distancias por tierra y por mar, y uno de sus destinos fue Europa, especialmente Gran Bretaña. Por eso muchos de los clásicos «símbolos de Gran Bretaña» vienen de Oriente Medio y de lo que entonces era Asia Menor y actualmente es Turquía, entre ellos la bandera de Inglaterra, con su cruz roja sobre un fondo blanco; el santo patrón de Inglaterra, «San Jorge»; e incluso las gaitas «escocesas» e «irlandesas». Estos navegantes viajaron y se asentaron a lo largo y ancho del planeta, y adoptaron el nombre de sumerios, egipcios, fenicios, dáñaos y muchos otros, pero eran básicamente los mismos pueblos. Sin duda lo eran sus líderes, porque se engendraron en los mismos linajes con iguales orígenes. Fueron estos pueblos y el conocimiento avanzado de su liderazgo político y esotérico lo que, junto a la fuerza que los respaldaba y que revelaré más adelante, construyeron las grandes estructuras y círculos de piedra de Gran Bretaña, Europa y otros lugares, entre ellos Stonehenge,
Avebury, Carnac en Bretaña con sus tres mil dólmenes y las «misteriosas» torres redondas de Irlanda. Alinearon los dólmenes con las líneas energéticas llamadas «líneas Ley» o «meridianos», que rodean e interpenetran la Tierra; y también con el Sol, la Luna y los planetas. Los artefactos sumerios corroboran su conocimiento sumamente desarrollado del sistema solar. Antes y después de que llegaran a su fin las sociedades sumerias y babilónicas, sus gentes se asentaron en estas y otras tierras (figura 24) y algunos de sus viajes, al parecer, fueron al continente americano, miles de años antes del que emprendió Cristóbal Colón. Colón era un agente de los linajes y sabía a dónde se dirigía. La supuesta alegación de que «buscaba la India» y dio con América sólo es una historia encubierta para ocultar el linaje común que está detrás de todos los acontecimientos históricos y actuales (véase El mayor secreto).
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