La dictadura oculta

Publicado el 2 de enero de 2022, 1:50

El plan de los linajes para controlar el mundo avanzó a pasos agigantados después de que las fuerzas europeas iniciaran el proceso de dar la «independencia» a sus antiguas colonias, especialmente Estados Unidos. Tal vez parezca una obvia contradicción, pero no lo es. Al dar la aparente «independencia» a las colonias, y quiero destacar la palabra aparente, en realidad sólo estaban intercambiando una forma de control por otra mucho más eficaz. Cuando uno vive en una dictadura, tanto si es en forma de comunismo, de fascismo, de apartheid o de un gobierno colonial, por lo menos tiene la ventaja de saberlo. Uno sabe que lo controlan y quiénes son sus controladores. Este tipo de dictadura tiene una vida finita, porque al final el deseo de tener libertad acabará con ella, incluso aunque requiera mucho tiempo dar la respuesta unitaria necesaria. La clase de control más poderosa es la que no podemos ver ni saber de su existencia. Las personas viven en la ilusión de que son libres porque pueden votar cada cuatro o cinco años, pero entre bastidores las mismas personas están al mando del partido o del gobierno que oficialmente han «votado». La democracia supuestamente es el «gobierno de la mayoría», lo cual es una tiranía, pero ni siquiera es eso. Es una dictadura de unos pocos que se esconden tras la cortina de humo de una sociedad libre y abierta. George W. Bush y Barack Obama, por ejemplo, están en última instancia controlados por las mismas personas, y carece de importancia si en la Casa Blanca están los republicanos o los demócratas. En cualquiera de los dos casos están las mismas Personas de las Sombras dictando las políticas y las situaciones en nombre del conciliábulo de linajes, y ocurre lo mismo con los Partidos Laborista y Conservador del Reino Unido y sus equivalentes en otros países. Tal vez tengan nombres distintos, pero son máscaras sobre un mismo rostro. No importa a quién se vote porque el mismo gobierno saldrá elegido: el gobierno secreto, la mano oculta que mueve los hilos de aquellos que aparentan tener el poder y tomar las decisiones. La idea consiste en hacer creer a la gente que es libre cuando en realidad está controlada. Uno no se rebela por no tener libertad cuando cree que es libre. Si uno está sentado en una celda y puede ver los barrotes sabe que está en una cárcel. Si uno está en una celda y no ve los barrotes, cree que tiene la libertad de irse cuando lo desee. Hasta que lo intente, eso es, y la mayoría de las personas nunca lo hace. Los gobiernos hablan hasta la saciedad de la libertad y del «mundo libre» porque están vendiéndonos una cárcel sin barrotes. Por supuesto, no hacen más que decir tonterías, pero tenemos que creerlos o de lo contrario tal vez descubramos que en realidad vivimos en dictaduras unipartidistas controladas por un puñado de linajes.
Cabe tener en cuenta que, a medida que el estado mundial de Orwell avanza cada vez a mayor velocidad, los barrotes se están tornando más evidentes para cualquier persona que tenga un poco de cerebro propio. Ahora se puede comprender por qué muchas de las «guerras de la independencia» fueron ingeniadas por las mismas fuerzas coloniales a las que el pueblo se oponía. Querían su oposición mientras buscaban imponer la cárcel sin barrotes. El Motín del Té de Boston, que se utilizó para fomentar las revueltas en las colonias estadounidenses, está considerado según la historia oficial una simple protesta contra los impuestos del té y otros productos que impusieron los británicos. Unos hombres vestidos de indios mohawk subieron a bordo de tres barcos de la East India Company controlada por los linajes y lanzaron 342 arcones de té en la bahía de Boston, sin embargo, toda la maniobra estuvo planeada y fue llevada a cabo por los masones, que estaban vinculados con la «Logia Madre» de la Great Queen Street de Londres (véase El mayor secreto para más detalles). Los británicos, o mejor dicho los linajes sumerios-babilónicos-egipcios que controlan Gran Bretaña, acordaron perder la Guerra estadounidense de la «Independencia» para seguir imponiendo su dictadura en curso a base de gobernar secretamente desde las sombras. En su «antigua» colonia dejaron tanto el linaje, con diferentes nombres, como la red de sociedades secretas mediante la cual ellos y sus agentes ocupan cargos de poder e influencia. La élite británica hizo lo mismo en todas las colonias, igual que otros gobiernos europeos bajo la dirección de la misma camarilla de linajes. La «independencia» africana consiste en la manipulación o la imposición, a través de guerras, de líderes negros que bailan al compás de los linajes. Robert Mugabe en Zimbabue es un ejemplo magnífico. Su tiránico gobierno impuesto a estas pobres personas se debió a las manipulaciones de lord Garrington, el secretario de Asuntos Exteriores británico, y su seguidor Henry Kissinger, el ex secretario de Estado estadounidense, dos grandes agentes de la red de linajes. África nunca ha sido «libre» desde la «independencia», ni tampoco ninguna de las «antiguas» colonias británicas, entre ellas Estados Unidos. El control manifiesto se ha reemplazado por el control encubierto, que es incluso más siniestro, y la ocupación física se ha sustituido por la ocupación financiera.
Los linajes han construido a lo largo de los siglos cada pieza del sistema de control mundial, y hoy en día su alcance, magnitud y detalles alcanza niveles sorprendentes. Han esclavizado a la humanidad en una cárcel sin barrotes, o, mejor dicho, sin barrotes que puedan ver, por lo menos hasta hace poco. La mayoría todavía no los ve, al margen de lo patentes que sean. Ya en 1923 el escritor Aldous Huxley dijo: «¿Libertad? No existe. No hay libertad en el mundo, sólo jaulas doradas». Estaba muy en lo cierto. Estas «jaulas» son las mentes de las personas cerradas con candado, desconectadas sistemáticamente de la Consciencia, tal y como mostraré. Los humanos vivimos en una cárcel de la percepción, y el objetivo de los linajes es que permanezcamos ahí.

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