I.2.2. La riqueza rústica y sus diferencias 19-22

Publicado el 22 de enero de 2022, 22:57

A) La situación de la agricultura

Hemos señalado en el primer punto de este capítulo que en España debemos hablar, no de la agricultura, sino de “las agriculturas de España”, con tres modelos: el septentrional, el mediterráneo y el interior. Esta clasificación muestra no sólo las diferencias de cultivos entre regiones sino también, como señala Malefakis, la diversidad de los sistemas de propiedad y modos de vida de los campesinos 37 .

El agro de la comarca de Toro corresponde a ese modelo interior. Se cultiva el cereal principalmente (trigo sobre todo), combinado con legumbres y barbecho, utilizando el sistema de año y vez. En las vegas de los ríos se cultivan productos hortofrutícolas y existe casi siempre un pago en los términos municipales reservado al cultivo del viñedo. En unos pocos casos nos aparece la patata y puede haber un prado comunal o predios pertenecientes a dehesas que llevan en arrendamiento colonos de alta capacidad económica. El arbolado existente se caracteriza por su resistencia a las heladas como melocotoneros o manzanos y los típicos árboles mediterráneos como almendros o higueras, pero que están sufriendo, al igual que el viñedo, un progresivo proceso de arranque, ya que los propietarios lo que quieren es arrendar las tierras para el cultivo de cereal y recibir rentas en dinero o en especie, o en otras ocasiones, las menos, realizar ellos el cultivo directamente del cereal.

Las variaciones entre localidades son escasas y las fuentes orales señalan con claridad la situación. Los testimonios de diferentes localidades muestran esta realidad:

“Las viñas estaban por todo el término. Aparte del vino y el trigo se sembraba cebada, avena, centeno, algarrobas, muelas, garbanzos, alguna lenteja, aunque pocas” 38 .

“Aquí se sembraba, trigo, cebada, centeno y avena, pero centeno y avena muy poco. Y se sembraban “garrobas”, lentejas, garbanzos, guisantes, muelas, de todo. [...]. Había muchas viñas” 39 .

“Sembrábamos trigo y cebada, avena y centeno. Dejábamos la mitad de la tierra en barbecho y se sembraba muelas, guisantes, muy pocos yeros, más algarrobas” 40 .

“Cereal, trigo, cebada y centeno, no había nada de regadío. No había huertas, había algún pozo, pero nada. Los vecinos de aquí llevaban el terreno de Marialva, que es término de Toro, unos en propiedad y otros en arriendo. [...]. Porque Marialva tiene buen terreno, pero se inundaba todos los años y el año que más trigo daba se cubría de agua y adiós cosecha” 41 .

“Se sembraba principalmente trigo y cebada, y lentejas y garbanzos. Había viñas, mi padre cogía bastante vino y bueno… y mi abuelo más todavía. Tenía una cuba que hacía cuatrocientos cántaros de vino [...] Hay un pago que se llama de Viñasviejas, todo eran viñas, todo” 42 .

“El pueblo es agrícola, no había regadío todo era secano. Se sembraba cereal, cebada y trigo y había unas viñas en el término de Belver, de aquí de Pinilla. Yo tenía algunas. Era lo único que había, un poco de viñas, viñedo y cereal, cebada, trigo y alguna legumbre, muelas y yeros para las mulas. Era de lo que se vivía” 43 .

“De viñas había una cuarta parte, para la zona de Toro y Valdefinjas. Se sembraba trigo, cebada, las viñas. Se sembraba más trigo que nada.” 44 .

“Se sembraba trigo y cebada, y legumbres, sembrabas “garrobas”, muelas, yeros. Había regular de viñedo, y por eso los obreros que no podían ir detrás de una pareja, los mandaban a las viñas, los mayores. La zona de las viñas hacía a tres pagos: Molacillos, Gallegos y Benegiles, hacían el pago ese” 45 .

“Trigo, cebada, algún centeno que otro, las tierras más inferiores sembrábamos centeno, pero vamos poco y teníamos algo de viña. Entonces se llevaban las uvas a Toro, que en Toro había muchos acopiadores, para hacer vino para venderlo” 46 .

Sólo en algún caso concreto, al tener cercano el Río Duero, como ocurre en Villalazán y Peleagonzalo, y a pesar de seguir siendo mayoritario el cereal, los cultivos se diversificaban un poco, gracias al agua de norias y pozos, que se utilizaban para el riego de huertos y minifundios con forraje y tubérculos.

“Se sembraba más que nada trigo y cebada, almortas pero antes de que yo comenzase a salir, avesas, lentejas, pocas también, avena, centeno y los huertos con las norias, patatas, alubias, maíz, alfalfa, remolacha,...

Viñas hubo bastantes, había josas de árboles para arriba, la Contienda, de melocotones, peras, manzanas, cerezas, más que nada cerezas y guindas y cermeños también como en Toro, pero había muchas menos josas que en Toro” 47 .

En el caso de Toro, además de estos cultivos existe una variedad de árboles frutales en la vega del Duero: melocotoneros, cermeños, almendros, cerezos, guindales o ciruelos. Junto a ello una importante cantidad de tierras en viñedo, siendo estos dos, los productos que salían hacia otras regiones: el vino, que iba tanto hacia la zona cantábrica y leonesa, como hacia Toledo o Andalucía y las frutas que también eran transportadas a otras regiones, como atestiguan las fuentes orales y nos señalan la gran cantidad de arrieros que había en la ciudad de Toro 48 .

El cereal se vendía en un mercado regional, llevándose a las fábricas de harinas de la comarca (Belver, Argujillo), a Toro, a Zamora y por supuesto, mediante el transporte por ferrocarril a Valladolid, desde donde, a su vez, podía ser transportado en tren a otros lugares de la geografía hispana. La elección del lugar, entre Toro y Zamora, dependía básicamente de la cercanía de las localidades.

“El cereal se vendía al silo y antes a Zamora, a los almacenistas de Zamora, a la fábrica de Rubio y a los Bobos” 49 .

“El cereal casi «pa» pagar la renta y «pa» comer y lo demás en Toro, a los almacenistas de Toro” 50 .

El vino, en parte, se hacía en las bodegas caseras y en parte se lograba vender a comerciantes foráneos, cuando no había acopiadores locales como en el caso de las localidades de la Tierra del Vino (Venialbo, Sanzoles, Moraleja -“En aquella época la uva se vendía a los de Moraleja” 51 -, El Perdigón, Madridanos), o el caso de Toro o Morales de Toro (“la uva se llevaba a Toro, a Tiedra”; “teníamos tres o cuatro viñas, una parte hacíamos el vino y otro lo vendíamos en Toro o en Morales, donde podías”; “entonces se llevaban las uvas a Toro, que en Toro había muchos acopiadores, para hacer vino para venderlo” 52 ).

De este modo, “las uvas había quien las pisaba porque aquí había bodegas, había quien vendimiaba, pisaba la uva y hacía vino y otros, que no la pisaban, que tenían menos cantidad, vendían la uva en Vezdemarbán y en Toro. También había quien acopiaba uva” 53 .

“Casi todos tenían algo de vino, hacían vino y otra parte se vendía a vinateros de León, Salamanca, Zamora. Venían, decían que de la Alta Sanabria, con carbón en carretas que traían para los herreros y se volvían con pellejos de vino. Se marchaban por Torres del Carrizal, pasaban los vados del Valderaduey, por caminos de herradura llegaban hasta Montamarta y de aquí al Puente de la Estrella y ya se marchaban a su tierra” 54 .

El resto de producciones se dedicaban al autoconsumo, a la alimentación del ganado mular y de cerda y a la venta en los mercados locales, obteniendo lo justo para sobrevivir y pagar las rentas de las fincas.

Los niveles de producción dependían del tiempo, indicativo de una agricultura subdesarrollada. Se realiza un cultivo extensivo del trigo mediante el sistema de año y vez o el sistema de tres hojas con una gran escasez de abonos y una carencia casi absoluta de maquinaria 55 .

El sistema mayoritario era labrar las tierras con el sistema de dos hojas: una sembrada, otra en barbecho. Ésta casi siempre desnuda, a veces cultivada con legumbres para el alimento de personas y animales y los barbechos permanecían sin alzar hasta marzo o abril, continuando las labores hasta junio y con un número de vueltas que iban desde dos hasta cuatro o más. También se utilizaba el sistema de tres hojas (cereal, legumbres, pasto). “Se daba el barbecho, luego venía el trigo o la cebada, luego las algarrobas, luego otra vez el trigo o el centeno “ 56 .

Finalmente, en las tierras próximas a los pueblos, las únicas abonadas con una cantidad considerable de estiércol, se sembraban dos o tres años seguidos con cereales a los que seguía alguna legumbre.

Este sistema, inevitable, ante la falta de agua y abono y a la insuficiente absorción y retención del suelo del agua de lluvia, suponía uno de los principales factores determinantes de la capacidad de supervivencia económica del pequeño cultivador. El barbecho es difícil, costoso y obligaba a dejar más del 40% de la tierra de cultivo sin sembrar. Aunque no se coseche nada, “es preciso arar los campos para extirpar la vegetación espontánea y evitar que ésta haga desaparecer la humedad del suelo a través de la transpiración. Así las energías del hombre y del ganado se disipan sin compensación inmediata” 57 . Sin embargo, era el único modo para que la tierra produjese con regularidad y mantuviese unos rendimientos aceptables y era absolutamente mayoritario su uso. Los testimonios lo explican con claridad:

“Labrábamos, pues eran seis cargas más o menos en cada hoja, seis por cuatro veinticuatro, unas 50 fanegas en las dos hojas, labrando al año 25 fanegas. La mayoría trigo y cebada, luego se sembraban muchas cosas, yeros, muelas, garbanzos. Lo que teníamos de barbecho al año siguiente lo sembrábamos de legumbres, lo retelábamos que se llamaba”.

“Trabajábamos la agricultura, la mayoría de las tierras a renta, unas treinta fanegas y el resto en propiedad, unas dieciocho fanegas. Dos hojas de 24 fanegas”.

“Éramos labradores medianos, que solían tener en el pueblo diez o doce cargas, unas cuarenta y ocho fanegas en cada hoja y a renta casi todo” 58 .

La producción dependía de la naturaleza, de un clima duro con heladas durante los meses de invierno y escasas lluvias durante todo el año, y como señala Carlos Hermida 59 el bajo consumo de abonos químicos en la región y el exiguo número de tractores producían el desenvolvimiento del campo meseteño en el atraso técnico, lo que obligaba en un elevado número de casos a endeudarse “hasta dejar la piel en las garras del usurero” 60 , para adquirir lo necesario y poco que podían para vivir y poder sembrar el siguiente año. De ahí esos préstamos realizados por prestamistas, comerciantes, almacenistas de cereal o administradores que fiaban al colono o pequeño propietario, con unos intereses superiores al 20% e incluso al 30%.

 

37
MALEFAKIS, E.: “Los campesinos,...”, op. cit., p. 11.

38
Entrevista con L.G.G. (Aspariegos)

39

Entrevista con L.S.C. (Belver de los Montes)

40
Entrevista con A.M.C. (Belver de los Montes)

41
Entrevista con E.V.S. (Fresno de la Ribera)

42
Entrevista con A.F.C. (Matilla la Seca)

43
Entrevista con J.P.G. (Pinilla de Toro)

44
Entrevista con E.G.P. (El Pego)

45

Entrevista con N.P.P. (Gallegos del Pan)

46

Entrevista con O.P.P. (Morales de Toro)

47
Entrevista con A.R.S.

48
Como nos comentó E.M.H.: “[...] con el vino estábamos los arrieros todo el invierno trabajando. Y no sólo los del pueblo, venían burgaleses, leoneses, maragatos, de Andalucía, Toledo”.

49
Entrevista con L.G.G. (Aspariegos)

50
Entrevista con O.P.P. (Morales de Toro)

51
Entrevista con E.G.P. (El Pego)

52

Entrevista con J.S. y O.P.P. (Morales de Toro)

53

Entrevista con J.P.G. (Pinilla de Toro)

54
Entrevista con F.M.A. (Gallegos del Pan)

55
SÁNCHEZ JIMÉNEZ, J.: “El agro castellano-leonés en la II República”, en ARÓSTEGUI SÁNCHEZ, J. (coord.): Historia y Memoria de la Guerra Civil. Encuentro en Castilla y León. Valladolid, Consejería de Cultura y Bienestar Social, 1983, vol. I, pp. 132-133.

56
Entrevista con E.G.P.

57
MALEFAKIS, E.: Reforma agraria y revolución campesina en la España del S. XX. Barcelona, Ariel, 1980, p. 59.

58
Entrevistas con I.P.P., H.T.L. y F.M.A.

59
Tiene una obra, que fue su Tesis Doctoral, donde trata el agro castellano en el primer tercio del Siglo XX. HERMIDA REVILLAS, C.: Economía agraria y agitaciones campesinas en Castilla la Vieja y León: 1900-1936. Madrid, Edit. Universidad Complutense, Colección Tesis Doctorales. Nº 284/89, 1989.

60
TERRÓN, E.: Op. cit., p. 35.

Añadir comentario

Comentarios

Todavía no hay comentarios

Crea tu propia página web con Webador