El hedor del malvado / CAPÍTULO SIETE El ordenador central de Sion

Publicado el 13 de abril de 2022, 0:11

Allá donde hay miseria siempre están cerca los Rothschild, especialmente cuando la miseria es a gran escala. Viviríamos en un mundo muy distinto sin sus manipulaciones y, en general, sin los linajes. En junio del 2009 el Financial Times londinense reveló la participación de los Rothschild en el comercio de esclavos:

Documentos a los que ha tenido acceso el Financial Times revelan que dos de los nombres más importantes de la City de Londres habían estado vinculados con la esclavitud en las colonias británicas.

Los documentos de los Archivos Nacionales muestran que Nathan Mayer Rothschild, el patriarca de la familia banquera del siglo xix, y James William Freshfield, fundador de Freshfields, la firma jurídica líder de la ciudad, obtuvieron beneficios económicos de la esclavitud, incluso a pesar de que muchas veces los dos hayan sido considerados contrarios a ésta.

De hecho, durante mucho tiempo los Rothschild dirigieron el comercio de esclavos. Sin embargo, han creado una historia falsa, una imagen falsa para engañar a la gente sobre sus verdaderas prácticas. Los Rothschild dicen de sí mismos que se oponen a la esclavitud, cuando en realidad controlan las redes de esclavos de todo el mundo. Nathan Mayor Rothschild tenía la reputación de ser un «filántropo», y las historias oficiales de los Rothschild corroboran que «luchó abiertamente» por la emancipación de los esclavos cuando, en realidad, estaba ganando una fortuna a costa de su injusta situación y de su sufrimiento. También se vendió como «defensor de las libertades civiles» cuando la dinastía de los Rothschild procura que cada hombre, mujer y niño del planeta sea un esclavo de su estado mundial fascista/ comunista. El Financial Times descubrió que la dinastía de los Rothschild utilizaba esclavos como fianza en los acuerdos bancarios con propietarios de esclavos, y como mínimo es consistente porque literalmente utilizan como fianza a todo ser humano. Nathan Rothschild garantizó el préstamo para financiar el rescate del gobierno de los propietarios de esclavos británicos cuando se abolió la esclavitud en 1800. Los grandes nombres de bancos y los frentes de los Rothschild, como J. P. Morgan y muchos otros más, estaban en el núcleo del comercio de esclavos y todavía siguen estándolo en infinitos aspectos.

Los Rothschild y sus redes son propietarios de los líderes políticos y los recompensan por los servicios que les rinden. Actualmente el J. P. Morgan Chase paga un salario considerable a Tony Blair, títere de los Rothschild y criminal de guerra, por sus «consejos». El londinense Daily Telegraph informó de que Blair ganaba 2 millones de libras al año por sus «consejos», sin ni siquiera tener que ir a la oficina. El rol de la «consultoría» de Blair con el J. P. Morgan, el Zurich Financial Services, el Gobierno de Kuwait y Mubadala, una firma de inversiones de los Emiratos Arabes Unidos, al parecer le proporciona por lo menos 6 millones de libras al año, y Blair gana además millones en sus circuitos de conferencias, llegando a cobrar 6.000 libras por minuto. Mubadala, que paga a Blair un millón de libras al año por sus funciones como «consejero internacional», ha negociado unirse a un consorcio de empresas petrolíferas de Occidente que se están desarrollando en el yacimiento de petróleo de Zubair, al sur de Iraq; un trato que la invasión de Bush y Blair del país hizo posible. Todo este dinero que figura en la nómina de Blair por servir tan bien a los Rothschild con todas sus mentiras y manipulaciones, ha propiciado las invasiones de Afganistán e Iraq y ha convertido a la sociedad británica en un estado policial que George Orwell reconocería inmediatamente.

Allá donde uno mire siempre están los Rothschild. Cuando terminemos con su poder -y así lo haremos- el mundo será un lugar muy distinto.

 

CAPÍTULO SIETE
El ordenador central de Sion

 

El principal instrumento para manipular la realidad consiste en la manipulación de las palabras. Si puedes controlar el significado de las palabras, puedes controlar a las personas que utilizan esas palabras.

Philip K. Dick

 

Un tema de la trilogía Matrix era el «ordenador central de Sion», el ordenador del que dependían los últimos humanos para sobrevivir. Los Rothschild tienen su propia versión llamada «sionismo», que en muchos aspectos es el «ordenador central» actual de la red de linajes, por lo menos en la esfera pública.

El núcleo del sionismo es una sociedad secreta vinculada a todas las demás en la red mundial, y sus «biblias» son el Talmud babilónico y la kabala/ kaballah/cábala, su «tradición oculta» de conocimiento esotérico. Viene del término árabe khabba, que significa «esconder» u «ocultar». Resulta muy apropiado hablar del «conciliábulo» de la élite que sobrevive a base de esconder y ocultar. El sionismo no se fundó para beneficiar a los judíos, sino para explotarlos y utilizarlos encubiertamente para las manipulaciones de la casa de Rothschild y de las familias Illuminati. Este despiadado credo político es una creación absoluta de los Rothschild y representa una de las fuerzas principales de la red de linajes. De ahora en adelante me referiré a él con el nombre de «sionismo de los Rothschild» para destacar todo el tiempo a quién y a qué representa realmente. El sionismo de los Rothschild tiene unas grandes orejas y una larga trompa, y se halla de forma descarada en el salón, pero la gente teme demasiado verlo o identificar algo de quince metros de altura y con luces de neón. Los Rothschild y sus agentes han creado un movimiento de tenazas en la psique humana, por un lado con el secuestro de cantidades extraordinarias de poder político, empresarial, banquero y mediático, y por el otro con el uso del miedo a ser tachado de «antisemita» por atreverse a decir lo que es evidente. Han podido hacerlo porque, para la percepción del público, han equiparado el sionismo con el pueblo judío. No son lo mismo. El sionismo es un credo político que ideó la casa de Rothschild con el fin de perseguir los objetivos de las familias Illuminati, controladas en gran medida por los Rothschild. Cuando las personas piensan en el sionismo, piensan en el pueblo judío. Cuando piensan en Israel, piensan en el pueblo judío. Resulta comprensible dada la propaganda que se ha dado, pero es un gran error y debemos romper estas conexiones si queremos comprender lo que está ocurriendo. «Sionismo» significa Rothschild, igual que Israel también significa «Rothschild». Cuando vemos el gran número de sionistas Rothschild en las principales posiciones de poder de todo el mundo, no estamos viendo «judíos manipuladores», sino sionistas manipuladores que representan los intereses y las exigencias de los Rothschild. A aquellos que dirigen el plan de los sionistas Rothschild les importa un carajo el pueblo judío en general. También son irrelevantes y prescindibles para el principal objetivo. Tal y como dijo el primer ministro israelí, el terrorista David Ben-Gurion:

 

Si supiera que es posible salvar a todos los niños de Alemania trasportándolos a Inglaterra y que sólo es posible salvar a la mitad transfiriéndolos a la Tierra de Israel, escogería esta última opción, puesto que ante nosotros no sólo figura el número de estos niños, sino la opinión histórica del pueblo de Israel.

 

Y todavía dejan que ande por ahí sin una enfermera de psiquiátrico. Una cantidad significativa de judíos se oponen a este credo despiadado y atroz, y muchos sionistas Rothschild no son judíos, como los sionistas cristianos y el vicepresidente de Barack Obama, Joe Biden, que dijo en un canal de televisión israelí: «Soy sionista». Lo único que significa, por lo menos oficialmente, es el apoyo a una tierra natal de los judíos en Israel a pesar de que tan sólo es una imagen pública. Si, tal y como dice acertadamente Biden, uno no tiene por qué ser judío para ser sionista, ¿cómo puede ser que sea un movimiento racial en lugar de ser un movimiento político? No lo es. Sólo aparenta serlo con el fin de manipular la percepción del público. La oposición a los sionistas Rothschild se considera una oposición al pueblo judío en general, y así uno puede sacar la carta de «eres un racista» una y otra vez. Lejos de proteger y fomentar los intereses del pueblo judío, el plan de los Rothschild ha sido devastador para ellos en numerosas ocasiones y ha provocado que millones de personas sean etiquetadas injustamente por las acciones de la élite de sionistas Rothschild. Un artículo de la página web de los judíos contra el sionismo habla de cómo los sionistas Rothschild se han dirigido a los judíos que durante generaciones vivieron en Palestina junto a los árabes en paz y armonía:

Los judíos religiosos que, en virtud de su fe, se contradecían claramente con el nacionalismo sionista y que durante generaciones habían vivido pacíficamente con sus vecinos árabes, empezaron a identificarse involuntariamente con la causa sionista y su lucha con los árabes. Solicitaron a la Organización de las Naciones Unidas que Jerusalén fuera designada ciudad internacional de facto. Recurrieron al cuerpo diplomático asignado a Israel, pero fue en vano. De este modo, se vieron enfrentados a la elección de formar parte del Estado sionista, que se oponía diametralmente a los intereses de los judíos como religión, o de abandonar la tierra en la que sus antepasados fueron los primeros pobladores judíos.

A ver si nos entendemos. El sionismo de los Rothschild no tiene que ver con el pueblo judío. Para los Rothschild, y para sus recaderos y matones sionistas, los judíos en general son un simple rebaño que utilizan y del que abusan cuando es necesario, igual que el resto de la población humana. Fue IBM, la empresa financiada por los Rothschild, la que proporcionó máquinas a los nazis para crear fichas perforadas para la identificación y expulsión social inicial de los judíos, la confiscación de sus propiedades y la designación del campo de concentración. Fue la misma empresa IBM de los Rothschild la que desarrollo el sistema de los códigos de barras, y hoy en día la empresa IBM Credit Corp financia Applied Digital Solutions, la sociedad empresa de VeriChip Corporation, productora líder mundial de microchips para humanos. Los políticos de la «derecha» culpan a los «judíos» por los males del mundo y al «Nuevo Orden Mundial» porque no comprenden la diferencia entre los judíos en general y la élite que los utiliza como escudo para ocultar sus atroces actividades. El sionismo Rothschild fue creado por esta élite y para ella, no para los judíos que han sido víctimas de él. Henry Makow, el escritor e investigador canadiense, advierte acertadamente de esta diferencia esencial. Los padres de Makow eran judíos que vivieron en la Polonia ocupada por los nazis, y sus abuelos murieron durante el holocausto. Makow destaca el vínculo de los Rothschild y su élite sionista con Jacob Frank (1726 1791), que «lideró una herejía satánica contra el judaísmo ortodoxo». Frank quería la «aniquilación de la civilización occidental y el triunfo del mal», dice Makow, y permitía cualquier cosa, inclusive el incesto y la pedofilia (ambas Prácticas forman parte de la vida de la élite de linajes). Frank afirmó ser el «mesías» y una reencarnación de Shabbetai Zvi (1626-1676), otro satanista. Sus seguidores se dieron a conocer por frankistas o frankistas sabateanos, y entre ellos se halla la dinastía Rothschild desde que la creó Mayer Amschel Rothschild, un socio de Jacob Frank. Fueron Rothschild, Frank y su testaferro Adam Weishaupt quienes fundaron los Illuminati de Baviera en 1776. Henry Makow escribe:

... existe un cisma no reconocido en el pueblo judío, donde los herejes han exterminado a la corriente dominante y se han apoderado del resto mediante el sionismo. Sin embargo, debido al Antisemitismo que provocan y organizan los judíos Illuminati, los judíos se aterran equivocadamente a su liderazgo, y

Gunther Plaut, un destacado rabino canadiense, publicó un libro en 1988 titulado The Man Who Would Be Messiah en el que insinuó que los frankistas fueron responsables de lo que les ocurrió a los judíos en Alemania. Plaut investigó de manera exhaustiva a Jacob Frank y escribió sus hallazgos en una novela. Dijo que Frank consideraba a los judíos una barrera para la «nueva orden», y al parecer dijo:

Sí, los judíos. Alguien vendrá y descubrirá que no puede alterar los antiguos valores sin destruir a la gente que realmente cree en ellos y, lo que es peor, que todavía los practica. Y cuando se convenza de que los judíos se interponen en su camino, encontrará las maneras para acabar con ellos. Destruirlos, exterminarlos como insectos... los judíos deberían morir porque creen en la moralidad tradicional y por consiguiente perpetúan el statu quo del mundo.

En otros libros he hablado de la cantidad de nazis que al parecer eran judíos o tenían ascendencia judía, lo cual ya no es un misterio cuando uno descubre que existen los judíos en general y frankistas sabateanos que, como los Rothschild, consideran que los judíos son pasto para explotar a fin de adelantar sus planes para el dominio del mundo. Dietrich Bronder, un judío alemán, escribió esto mismo sobre la élite nazi en su libro de 1964 titulado Before Hitler Carne:

Tenían ascendencia judía o estaban relacionados con familias judías, el líder y canciller del Reich, Adolf Hitler; sus representantes, el ministro Rudolf Hess; el mariscal Hermán Gorieng; el director del NSDAP, Gregor Strasser, el doctor Josef Goebbels, Alfred Rosenberg, Hans Frank, Heinrich Himmler; el ministro von Ribbentrop (que prometió su íntima amistad con el famoso sionista Chaim Weizmann, el primer presidente del Estado de Israel que murió en 1952); von Keudell; el comandante Globocnik (el destructor de judíos); Jordán y Whilhelm Hube; los grandes líderes de las SS, Reinhard Heydrich, Erich von dem Bach-Zelewski y von Keudell II, que también participaron en el asesinato de los judíos. (Todos fueron miembros de la secreta Orden/ Sociedad Thule).

La Orden Thule fue una red de sociedades secretas en Alemania que llevó a los nazis al poder. El modus operandi de los frankistas consiste en infiltrarse en todas las religiones y las ideologías, según dice Henry Makow, y fingir ser lo que no son. De este modo pueden enfrentar distintas facciones, religiones y organizaciones y destruirlas desde el interior. Makow escribe:

Se les reconoce por el hecho de que fingen ser cristianos, judíos, musulmanes, etc. Un ejemplo típico es John Kerry, que pretendía ser un católico irlandés, cuando su padre era un judío frankista (que trabajaba para la CIA) y su madre era miembro de Forbes. La madre de Barack Obama pudo ser una judía franquista/Illuminati. Otro ejemplo son los Rothschild ingleses que se casaron con no judíos y fingieron ser judíos. Todos son satanistas Illuminati...

Es más, Churchill, F. D. R. [Franklin Roosevelt] y Stalin también eran Illuminati o judíos frankistas. Así puede verse que la Segunda Guerra Mundial se ideó en parte para cumplir el objetivo de Frank de exterminar a los judíos. Los frankistas pueden explicar la presencia de 150.000 soldados medio judíos en el ejército alemán.

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