Las actividades de captación de inteligencia o información del CESID no se centran solamente en la esfera de la lucha contra la subversión, como buen servicio secreto que se precia y que desde sus orígenes tenía como misión principal la centralización de todos los servicios de información del estado, tiene a sus agentes introducidos en las principales unidades policiales que disponen de grupos de información: la guardia civil y el ministerio del Interior (secretaría de estado para la seguridad, brigadas regionales de información, cuerpo nacional de policía, brigada judicial, brigada criminal....), miembros de estos cuerpos suelen ser escogidos por la inteligencia militar para la realización del trabajo sucio13.
La guardia civil es un cuerpo netamente militarizado con su propio Estado Mayor, como cualquiera de las otras Armas del ejército. A pesar de los intentos del PSOE en un principio de intentar "civilizarla" y supeditarla a un ordenamiento jurídico civil, la resistencia de la jerarquía militar franquista ha podido más que los ilusos deseos de los socialistas, a lo máximo que consintieron los militares fue a admitir el nombramiento de un director general civil.
Ese precedente histórico en la historia de la institución recayó en Luis Roldán, primer director general civil del instituto armado. Poco sabía Roldán la que le tenían preparada.
Especial importancia en la depuración que se produjo en la UCIFA14
(Unidad Central de Investigación Fiscal y Antidroga de la guardia civil) tuvo el grupo especial creado por Luis Roldán para su servicio personal denominado "los pata negra".
Los 14 agentes que formaban este seleccionado grupo actuaban bajo las órdenes directas del director general, eran todos agentes del CESID y miembros de los grupos operativos, mantenían constantemente informada a "la casa" de las actividades de Luis Roldán y de los mandos de la guardia civil.
El teniente Pedro Gómez Nieto15 era el responsable de los "pata negra", o "grupo Omega", anteriormente estuvo destinado en San Sebastián siendo uno de los hombres de confianza del entonces comandante Rodríguez Galindo y el enlace del CESID en el cuartel de Intxaurrondo. Tras el episodio de la fuga de Roldán volvió al CESID y fue destinado a la embajada española de un país Latinoamericano.
Los restantes miembros de los "pata negra" tras la desaparición de Roldán volverían a los grupos operativos.
El 6 de abril de 1995 los medios de comunicación informaban de la desaparición del "informe Navajas".
Este informe fue elaborado el 20 de mayo de 1989 por el fiscal jefe de la Audiencia Provincial de San Sebastián Luis Navajas, su contenido fue ocultado y censurado para cualquier tipo de investigación desde su nacimiento. En el se recogen las investigaciones preliminares sobre unas redes dedicadas al tráfico de drogas, la trata de blancas y otras actividades delictivas, en el informe estaban implicados altos mandos de la guardia civil e importantes empresarios vascos. Tras la desaparición del informe se cursó una querella criminal contra los que fueron fiscales generales del estado: Eligio Hernández, Leopoldo Torres y Javier Moscoso por los "presuntos" delitos de infidelidad en la custodia de documentos, prevaricación, denegación de auxilio a la Justicia y falsedad, según el texto de una querella que por ese motivo se ha cursado al Tribunal Supremo el 29 de marzo de 1995 por el letrado Miguel Castells, relacionado con la editora de Egin.
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El CESID tiene también a sus hombres introducidos en los servicios de información del ministerio del Interior. El ejemplo más destacado ha sido el de Francisco Paesa16, agente involucrado en las tramas del GAL así como en las gestiones para la entrega de Roldán (los famosos papeles de Laos) del que era socio en varias empresas utilizadas para el blanqueo de dinero. Otros agentes infiltrados en Interior han sido, ó lo siguen siendo, Messía Figueroa y Jacinto Guerrero Lucas, uno de los máximos responsables de la guerra sucia contra el movimiento libertario en la dictadura franquista.
El CESID siempre ha jugado con dos barajas. Por un lado hacen creer su dependencia de la vicepresidencia del gobierno, de cara a la galería es como si trabajaran a las órdenes del gobierno de turno a pesar de ser un organismo dependiente del ministerio de Defensa, el gobierno confía en ellos y les encargan todo tipo de sucios trabajos, que piensan solo pueden ser utilizados en su propio provecho. Nada más lejos de la realidad, de todos esos trabajos que realizan, el CESID se queda con copia que utilizan convenientemente para filtrar cuando les interesa. El asunto de los papeles "oficiales" de Laos en la entrega de Roldán ha sido la prueba evidente. Esos documentos habían sido falsificados por el CESID para hacer creer a Roldán su supuesta entrega pactada. Se había preparado así por orden del gobierno del PSOE aunque se partía de la base de que jamás se sabría. !!Pero cual es la sorpresa!!, cuando agentes del CESID los filtran a la prensa. Con anterioridad en el asunto del "informe Crillon" pasó lo mismo.
Según las declaraciones de Luis Roldán, Narcis Serra entonces vicepresidente del gobierno le encargó investigar a Mario Conde de una manera concienzuda. Había que procurar que no se enteraran ni en el ministerio del Interior ni en ningún otro lado, todo debía llevarse con el máximo secreto. La financiación del informe, se pagaron más de 600 millones de pesetas, correría a cuenta de los fondos reservados del ministerio de Defensa que serían canalizados a Luis Roldán a través de la vicepresidencia del gobierno, se encargarían las investigaciones a la agencia americana Kroll, una de las agencias de información privadas más prestigiosas del planeta17.
Pero.... cosas de la vida, el informe Crillon llegó a manos del mismísimo Mario Conde. ¿A través de quien?. Con toda seguridad de los mismos que dieron el visto bueno al coronel J. Alberto Perote, ex responsable de los grupos operativos del CESID, para hacer de garganta profunda del banquero. El olor a "caqui" que desprende este asunto es inconfundible.
¿A quién sirve el CESID?. A ellos mismos, a los militares y específicamente a la JUJEM, Junta de Jefes del Alto Estado Mayor.
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Enorme transcendencia en los medios de comunicación tuvo el descubrimiento de que agentes del CESID espiaban las comunicaciones de importantes personajes de la política, la banca, el periodismo y el mundo empresarial, hasta el mismísimo rey Juan Carlos habría sido objeto de interceptación en sus comunicaciones, "El escándalo" destapado por la prensa obligaría a González a cesar a Manglano y destituir a dos ministros, el de Defensa García Vargas y el de la Vicepresidencia Narcís Serra.
Lo que en un principio saltó a los medios de comunicación como un atentado contra el estado de derecho por el que deberían rodar cabezas, no dejó de ser una burda maniobra para desplazar a Narcís Serra de la esfera política y desprestigiar si cabe un poco más a González.
Las repercusiones que este escándalo conllevó no fueron las mismas que las que se produjeron tras el primer caso de escuchas ilegales aparecido en la prensa en 1978 con la UCD en el poder.
Durante la campaña electoral de 1978 Joaquín Díaz Moreno, jefe superior de policía en Zaragoza y Valencia y que posteriormente ocuparía los cargos de secretario general de la Dirección General de Seguridad y la Subdirección general de la misma, se vería implicado en actividades de espionaje a partidos políticos de la oposición. Este elemento estaba relacionado públicamente con la ultraderecha y era íntimo de Manuel Fraga Iribarne, se correría un tupido velo con la colaboración de los mismos que en 1995 pusieron el grito en el cielo por un caso análogo.
En 1988, con el PSOE en el poder, otro asunto de las mismas características hace su aparición en la prensa: funcionarios del ministerio del Interior aparecen implicados en otro caso de espionaje a partidos políticos. Como responsables de esas actividades figuraban Alberto Elías18 jefe de la Brigada de Información Interior, y Jesús Martínez Torres comisario general de Información. El asunto se vuelve a solucionar con un carpetazo .
Posteriormente el Lehendakari del P.N.V. Carlos Garaicoetxea descubriría que era objeto de la intervención de sus comunicaciones por el ministerio del Interior. Tampoco se depuraron responsabilidades.
En 1991 salta a la prensa el "caso Godó", con todas sus repercusiones en la cúpula de Convergencia y Unió, CIU. Aquí los implicados en las escuchas son agentes del CESID. Tampoco se derivaron responsabilidades.
Hay que esperar a 1995 para que se produzcan los primeros ceses por un caso de escuchas ilegales, indiscutiblemente hay un trasfondo político en el asunto que va más allá de hacer una defensa de la democracia y los derechos constitucionales como han pretendido la mayoría de los medios de comunicación.
Las responsabilidades del PSOE son manifiestas. ¿Pero porqué no se alzaron las mismas voces con la misma fuerza que lo han hecho ahora ante los hechos descubiertos desde 1978?. Seamos honrados, los españoles tienen perfectamente asumido que el espionaje de las comunicaciones se realiza de una manera indiscriminada desde antes de la muerte del dictador y los servicios de inteligencia siguen y seguirán realizándolas mientras existan.
Como dato curioso destacar que el responsable de la filtración a la prensa de las cintas magnetofónicas con conversaciones privadas de los afectados en este último caso de escuchas ilegales fue el coronel Juan Alberto Perote, responsable de los grupos operativos del CESID y cesado por desavenencias internas en 1991, posteriormente sería nombrado asesor en materia de seguridad del presidente de Repsol. En 1995 ya retirado del ejército pasaría a ser huésped de una prisión militar acusado de utilización y apropiación indebida de secretos militares.
Conociendo el sentido de la disciplina que en este país tiene los militares encargados de los asuntos de inteligencia sería interesante saber quien dentro del estamento militar dio vía libre a Perote para filtrar las cintas a la prensa, aunque el dinero apunta a que salió del bolsillo del ex banquero Mario Conde, otra vez ese inconfundible olor a "caqui "
13 Se han documentado en este trabajo suficientes ejemplos, pero citaremos otro más que sirvió para desestabilizar a los agentes del CESID destinados en Burdeos. Uno de los atentados cometido en marzo de 1984 por los GAL en Biarritz contra Xabier Pérez de Arenaza, originó que la gendarmería francesa confundiera a varios funcionarios españoles con mercenarios de la guerra anti-ETA y fueran en su búsqueda. Los cuatro agentes, un sargento, un capitán, un guardia civil y una mujer, tuvieron que coger el 17 de abril de 1984 precipitadamente el tren Puerta del sol, que une París con Madrid y pasa por Burdeos. A su llegada a la estación madrileña de Chamartín fueron retenidos por agentes de la policía española a los que la gendarmería había puesto sobre aviso, provocando el incidente un altercado entre la policía y el CESID. Los agentes retenidos que cumplían misiones secretas en territorio francés eran el capitán de infantería Miguel Galante, el sargento del ejército del aire Sócrates Manuel Parra, el guardia civil Antonio Almirón y la funcionaria de la Subsecretaría de Defensa María Lourdes Martínez Collado. Estos agentes serían rápidamente puestos en libertad después de que la dirección del CESID enviara al capitán Pérez Lorenzo en su ayuda (El Mundo, 24-11-95).
14 El 26 de julio de 1996 la prensa informaba que el Tribunal Supremo confirmaba que el juez Baltasar Garzón y la Audiencia Nacional eran competentes para investigar e instruir el caso UCIFA y juzgar a los 14 guardias civiles procesados por haber cometido presuntamente varios delitos de narcotráfico y falsedad, al pagar con droga a sus confidentes. El recurso al Tribunal Supremo fue relizado por el comandante José Ramón Pindado, uno de los procesados, y ha servido para tener aparcado durante años la instrucción del caso.
15 El 21 de mayo de 1996 sería encarcelado por el juez de la Audiencia Nacional Pérez de Liaño, al considerársele colaborador eficaz en el secuestro y posterior asesinato de los refugiados vascos Lasa y Zabala en 1983. Sería puesto en libertad el 28 de Agosto de 1996 al negarse el gobierno del PP a desclasificar unos documentos del CESID que le implicaban. Otros integrantes de los Pata negra eran : Eugenio Iglesias Benavente especializado en cerraduras, Fernando Olea González y Carlos Sánchez Martínez.
16 Francisco Paesa Sánchez, también conocido con los nombres de Alberto Seoane y Paesa Abad. A él se le atribuye, entre otras, la venta de unos misiles a ETA a los que previamente se habían incorporado unos detectores para ser localizados. Esto conduciría al desmantelamiento de la cooperativa Sokoa el 5 de noviembre de 1986. También se le involucra en la entrega a las autoridades españolas del ex director general de la guardia civil, huído de la justicia, Luis Roldán Operación Luna de la que sacó una buena tajada económica.
17 A pesar del secretismo que se le impuso a la agencia Kroll para la investigación de Conde sería ingenuo no admitir que la CIA y por derivación el CESID no estaban al corriente desde que se realizó el encargo. La propia agencia Kroll encargó la elaboración de algunos informes al ex capitán de la policía José Villarejo, investigador privado y dueño de la agencia RV consultores. Este Villarejo es asiduo colaborador del CESID. Ha sido contratado por la familia del empresario secuestrado por los GRAPO Publio Cordón para localizar al desaparecido. Para tener una información más completa sobre el Informe Crillón consultar el libro de Manuel Cerdán y Antonio Rubio El "caso Interior". Edit. Temas de hoy, 1995.
18 Alberto Elías ya fallecido.
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