Se dice a menudo que la corte española es "una corte sin cortesanos”, y es cierto que los reyes nunca han sido demasiado amantes de aliarse con la aristocracia. En lugar de esto, han preferido empresarios, banqueros y nuevos ricos en general. Las amistades de la reina, fuera de su querido Rostropovic y de Alfonso Armada, son poco conocidas. Salía mucho con la esposa del constructor Mario Caprile. De las del rey se ha hablado mucho más. Al margen de Manolo Prado y Mario Conde (que son dos casos muy especiales), de todos los "tutores" (Torcuato Femández Miranda, Mondéjar, Armada, Sabino Fernández Campo...), y de sus colaboradores políticos (Puig de la Bellacasa, Nicolás Franco, etc.), se va de copas y habla de cosas de hombres con dos grupos o clanes de amigos, que tienen en común el hecho de dedicarse a "sus negocios" de una manera que muchas veces les ha llevado ante los tribunales. En primer lugar, destaca el conocido como "clan de Las Cuatro Estaciones", nombre del restaurante de Miguel Arias, situado en la calle General Ibáñez del Ibero 5, donde Arias tiene, además, un apartamento que el rey también frecuenta. En este grupo de amigos estaban, entre otros, Miguel Arias, Joaquín Vázquez Alonso y Cardenal Pombo. Aparte de reunirse para comer, hacían negocios juntos, sobre todo en el sector inmobiliario, en el que tenían muchos asuntos turbios. Algunos también se vieron implicados en la trama Ibercorp. Los asuntos de unos están tan mezclados con los de otros, que resulta realmente complicado explicar el historial de cada uno de ellos por separado. Para centrar un poco a los personajes, que después irán saliendo cuando tratemos, a lo largo del capítulo, algunos episodios concretos, por el momento tendremos bastante con unos breves apuntes.
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